El PSOE se plantea obligar por ley a las grandes empresas a repartir una parte de sus beneficios entre sus empleados, aboga por reducir la jornada laboral a 36 horas semanales en 2030 y apuesta por incluir en la Constitución la obligatoriedad de revalorizar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para que siempre esté por encima del 60% del salario medio.
En la ponencia marco elaborada por la dirección del partido de cara al 41 Congreso Federal, previsto para finales de noviembre, una de las medidas incluidas en el documento plantea un modelo similar al francés. La obligación de repartir parte de los beneficios entre los empleados se aplicará a todas las empresas de más de 250 trabajadores y afectará a aquellos beneficios que superen el 5% del capital social.
Asimismo, apuestan por incrementar el Impuesto de Sociedades a las empresas en las que los ejecutivos cobren 40 veces más que la media de las personas trabajadoras, de forma que cada vez que se supere ese ratio, el gravamen aumente en 3 puntos porcentuales, desde el tipo general del 25%. Por parte de los trabajadores, abogan por desarrollar incentivos para que puedan participar en la toma de decisiones y los beneficios de las empresas medianas.
Por otro lado, el PSOE remarca su apuesta por crear un sistema fiscal más progresivo en el que contribuyan más quienes más tienen. Para ello, proponen establecer una tributación mínima del 50% en la tarifa general del IRPF para las rentas superiores a 300.000 euros anuales y establecer un impuesto estatal sobre las grandes herencias y donaciones, que actúe como impuesto mínimo e impida que algunas comunidades autónomas dejen sin efecto el actual Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.