La Fundación Heritage ha restado posiciones a España en cuanto a la libertad económica, adaptado al español por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Según han presentado en el informe La libertad de empresa en España. Índice de Libertad Económica 2024, nuestro país ocupa el puesto 55 de 184 en el ranking, casi 10 puntos por debajo de la media de la OCDE.
En el informe, España recibe una puntuación de 63,3 sobre 100, lo que la coloca en el puesto 31 de 38 entre los países de la OCDE. Este resultado es un 9,7% inferior a la media de los países desarrollados y un 23,7% menor en comparación con Suiza, que lidera la clasificación. En el contexto de la Unión Europea, España ocupa la posición 23 de 27, habiendo descendido un puesto en relación con el año anterior.
«España muestra una libertad económica deficiente. Influye el alza del excesivo tamaño del estado, la salud fiscal, la efectividad judicial, el buen gobierno y la carga impositiva. Todo eso son los puntos más débiles por parte de España», destaca el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa.
Así pues, el estudio destaca que «nuestra puntuación evoluciona a peor en comparación con 2023, retrocede significativamente en relación con 2019 y no experimenta mejoras relevantes durante los treinta últimos años. De hecho, el de 2024 es el peor resultado de nuestro país en el Índice desde el año 1998 y el quinto peor registro de toda la serie histórica«.
La productividad y la libertad de empresa
Respecto a la libertad de empresa, analizado también en el índice, España se sitúa en el puesto 24 de 43 países desarrollados con 97,7 puntos en 2024. En cambio, destacan «la necesidad de un marco regulatorio que fomente la productividad y la innovación empresarial para impulsar el crecimiento económico».
Además, destacan que el «marco normativo español se encuentra rezagado con respecto al de los principales países desarrollados en cuanto al fomento de la inversión empresarial y al apoyo a la actividad de las empresas».
España, con más intervención pública
El informe analiza también la intervención del sector público en la economía. Según el think tank, la intervención en el sector público obstaculiza la actividad empresarial y provoca peores resultados. Esencialmente, afecta los términos de asignación eficiente de los mercados, observándose así mejores resultados en las empresas privadas que en las públicas.
En particular, la brecha relativa de eficiencia entre la empresa privada y la empresa pública en relación con la utilización de capital, se situó en un 62%, incrementando en ocho puntos con respecto a la experimentada en 2018. Por otro lado, la brecha en relación con la productividad laboral es de un 32%, ampliándose más de 11 puntos en los últimos cuatro años.