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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Inspector del Banco de España: las retribuciones en Bankia eran disparatadas

El inspector del Banco de España José Antonio Delgado ha dicho este lunes en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que las retribuciones en la entidad eran «disparatadas» y en absoluto acordes con un momento de grave crisis económica.

En respuesta a la fiscal Carmen Launa, Delgado se ha referido a la gobernanza de BFA y de Bankia, que no eran exactamente iguales; ya que, en el caso de la matriz, se mantenían «estructuras del pasado, consejeros procedentes del mundo de la política y con poca capacidad».

En Bankia, sin embargo, hubo una «cierta mejora», si bien la política de retribuciones era «disparatada» y no se aplicaba «ninguna medida acorde con la crisis».

Ha calificado la solvencia de Bankia de «mala», ya que según él se puede tener una situación de partida «mala, o buena, pero si esa situación de partida no refleja la realidad, pues no se puede hacer nada, ellos la califican de buena y nosotros de mala, porque hay deterioros no reconocidos».

La situación de Bankia, ha relatado Delgado, era «muy delicada» porque no generaba recursos, y eso «no puede pasar en una entidad de crédito»; si no genera recursos una entidad de crédito, ha añadido, «podía significar que la valoración inicial decía que era viable, pues a lo mejor ya no era viable».

No se trataba de una «situación puntual», ha especificado, sino de «una situación sostenida, ya que se materializaba una situación de partida que no era la óptima, ya que no se reflejaba toda la morosidad».

Cuando se empieza a recibir la información de las cajas, ha explicado Delgado, es cuando empieza a aflorar esa morosidad.

Delgado ha leído ante la sección cuarta de la Sala de lo Penal un correo electrónico enviado «a la superioridad del Banco de España» el 22 de marzo de 2012, relativo a una reunión celebrada el 6 de ese mes con el entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y en la cual los inspectores detallaron los problemas que detectaron en la entidad.

En concreto, problemas de liquidez, que hacían difícil cumplir con los requisitos de capital principal, un «exceso de directivos», y líneas de gestión «no claras»; por todo ello, se expone que debía ser gestionada como una empresa «en crisis», aunque también se explica en la misiva que «estábamos más preocupados nosotros que los gestores del banco».

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