«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

José Luis Bonet admite que un gobierno de PSOE y Unidas Podemos preocupa al empresario

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, asegura que la posibilidad de que se formara un Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos ha generado inquietud entre los empresarios españoles, más partidarios de un Ejecutivo «centrado» que de uno «escorado a la izquierda».

«No sé si en contra, pero desde luego (el empresariado español) tenía la preocupación de que pudiera haber un Gobierno escorado a la izquierda, que se radicalizase y desequilibrase el trabajo de las empresas», admite Bonet en una entrevista tras ser preguntado por la posición de los empresarios respecto al Ejecutivo de coalición que se barajó la pasada semana.

Bonet, que es presidente de honor de Freixenet y del Foro de Marcas Renombradas, repite en varias ocasiones que las empresas necesitan un Gobierno «estable y centrado que permita que los empresarios tengan la tranquilidad suficiente para hacer su trabajo».

«La parte buena es que los empresarios se están acostumbrando a la incertidumbre y están haciendo los deberes y por esto la economía sigue funcionando», afirma Bonet, si bien reconoce que no es conveniente que la situación de parálisis política se prolongue de manera indefinida.

Aunque la incertidumbre se extiende al ámbito internacional, se muestra optimista y defiende que hay numerosas oportunidades en el exterior que las empresas españolas no deben dejar escapar por miedo al «proteccionismo rampante o al brexit».

«El brexit evidentemente planteará dificultades, pero no son dificultades de vida o muerte. Hay que saber torearlas y no perder la ilusión por situarse en el mundo, que es una necesidad», asegura Bonet, que recuerda que la internacionalización ha ayudado a superar la reciente crisis.

«El cambio es estructural y esto va a seguir, porque la crisis misma enseñó a los empresarios que o salen o mueren», añade al tiempo que recuerda que la innovación y la marca son fundamentales en ese proceso, porque «no se trata de exportar graneles, sino valor añadido».

Al respecto destaca el papel de las Cámaras y sus programas de ayudas para acompañar a las empresas en su salida al exterior, un servicio público para el que Bonet reclama también recursos públicos, ya que ahora se financian con la aportación voluntaria de las empresas y los ingresos obtenidos por algunos de sus servicios (mediación y certificación, entre otros).

A su juicio, la ley básica de las Cámaras de 2014 recuperó la representatividad empresarial de estas entidades de derecho público, pero no resolvió adecuadamente el tema de la financiación, después de que en 2010 se suprimiera por decreto ley la obligatoriedad para las empresas de pagar el recurso cameral.

De la crisis política todavía abierta en Cataluña dice que es el principal reto para España, que requiere restituir la concordia y promover que la economía catalana recupere su papel de liderazgo, aunque admite que no se han cumplido los malos pronósticos que él mismo hizo en 2017 respecto al impacto económico del proceso independentista.

«Que se marchen cuatro o cinco mil empresas no es baladí, pero lo que es cierto es que la economía catalana no ha colapsado, lo que sí ha hecho es perder relevancia y liderazgo. Ahora está en el pelotón de las autonomías y ese no es su papel».

Critica el discurso que en este asunto mantiene el presidente de la Cámara de Barcelona, Joan Canadell, empresario independentista que niega la influencia negativa del ‘procés’ en la economía catalana, un punto de vista que Bonet considera «equivocado».

De la elección de Canadell -que como presidente de la Cámara de Barcelona ocupa también la vicepresidencia segunda de la Cámara de España- dice que solo cabe respetarla, pero le pide respeto por los principios básicos constitucionales y desaprueba que haya decidido dar las ruedas de prensa solo en catalán.

Como profesor de la Universidad de Barcelona durante casi cinco décadas le preocupa la distancia que separa el ámbito universitario del empresarial y le entristece que los estudiantes se licencien sin haber aprendido a ser «unos auténticos demócratas».

«Fallan en valores y en conocimiento de las bases fundamentales del orden establecido en el país que viven», asegura Bonet, que lamenta que la clase política no se ponga de acuerdo en un tema crucial como la educación, ni en otros también relevantes como el sistema fiscal, el de pensiones, el energético o el laboral.

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