Desde la llegada de Pedro Sánchez al poder el 2 de junio de 2018, la deuda pública en España ha crecido a un ritmo vertiginoso, alcanzando cifras sorprendentes. Según un informe del Instituto Juan de Mariana, el aumento equivale a 135.775 euros por minuto, o 2.262 euros por segundo. Este cálculo, basado en estadísticas oficiales, evalúa el incremento desde la investidura de Sánchez hasta el 7 de diciembre de 2024, una fecha que el instituto denomina simbólicamente como «el día de la deuda». A partir de esa fecha, todos los gastos del Estado se financian exclusivamente a través de crédito, ya que los ingresos públicos quedan agotados.
La deuda pública actual asciende a 32.320 euros por habitante, lo que equivale a 81.500 euros por unidad familiar. España se sitúa como el cuarto país con mayor deuda de la Unión Europea, un deterioro significativo teniendo en cuenta que hace dos décadas ocupaba el puesto 13 en este ranking. Según el informe, el problema no radica en una falta de ingresos, ya que entre 2019 y 2023, España fue la tercera economía europea que más aumentó sus ingresos públicos (3,6 puntos del PIB), mientras que el promedio de la UE reflejó una reducción de 0,3 puntos. Para el instituto, el verdadero problema es «el gasto excesivo».
El informe también destaca que, desde 2008, las administraciones públicas han acumulado 16 años consecutivos de déficit, y según las previsiones oficiales, las cuentas públicas no entrarán en superávit hasta al menos 2032. En la «era Sánchez», España ha registrado un déficit promedio del 5,4% del PIB, superado únicamente por Rumanía e Italia, mientras que la media comunitaria se sitúa en el 3,1%.
El «Día de la Deuda» varía según la administración. Para el Gobierno central, fue el 3 de diciembre, mientras que en el caso de la Seguridad Social ocurrió mucho antes, el 7 de octubre. Las comunidades autónomas alcanzarán esta simbólica fecha el 23 de diciembre, unos días antes que las corporaciones locales. Entre las regiones, Madrid y Galicia destacan por su buen desempeño presupuestario, mientras que Cataluña, a pesar de lograr un saldo favorable, lo habría conseguido principalmente por la prórroga de sus presupuestos.
El informe subraya que será clave analizar al cierre del ejercicio si las comunidades autónomas logran ajustarse a sus planes o si se producen desviaciones significativas. Mientras tanto, el Instituto Juan de Mariana lanza una advertencia: la tendencia acumulativa de deuda en España refleja una gestión insostenible que sigue ignorando los riesgos del gasto desmedido.