La Intervención General de la Administración del Estado acaba de publicar los datos del cierre del primer trimestre y ya se puede proceder a realizar un análisis de cómo están evolucionando los gastos consolidados de la Administración Central, la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas.
Estos datos demuestran la incapacidad de la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para controlar los gastos del Estado. La función de un ministro de Hacienda no sólo es recaudar y evitar el fraude fiscal, sino también garantizar que las cuentas públicas están al día, a la par que evitar el descontrol del gasto público. Montero sólo cumple con la primera de sus responsabilidades, la de la recaudación.
Desde el año 2019 los gastos consolidados de las tres organizaciones antes mencionadas han pasado de 493.106 millones de gasto total, equivalente a 41.092 millones de media, a los 599.838 millones del año 2022, donde ya no había pandemia y tampoco excusa para seguir subiendo los gastos. Sin embargo, los gastos medios mensuales se dispararon hasta los 49.987 millones mensuales, y en 2023 crecieron hasta los 635.778 millones, con una media de 52.982 millones.
Todo este descontrol del gasto público lleva a que, a cierre de 2023, comparado con 2019, el gasto público se haya disparado en sólo cuatro años un 28,9%.
En el siguiente cuadro se puede observar que, en el primer trimestre del 2019, los gastos consolidados, sin las Administraciones Locales, llegaron a 110.506 millones. Un año después, los gastos crecieron un 7,7%, y al siguiente los gastos crecieron un 9,9%. En el año 2022, decrecen un 2,2%, aunque el ejercicio termina con un crecimiento del 4%, y en 2023, los gastos vuelven a dispararse, sólo en ese trimestre un 8,8%.
Y así llegamos al primer trimestre de 2024 en el que los gastos vuelven a crecer un 4,5%.
¿Qué ha pasado en este mes de marzo, para que sea prácticamente igual?
Las pensiones llevan una subida del 6,3%, los salarios públicos una media del 5,5% y los intereses de la deuda un 12%.
En este primer trimestre es cuando se hace un análisis de las cuentas públicas de cada país y se tienen que enviar a Bruselas, donde se analiza el déficit y la deuda y las naciones son conminados a cumplir con el pacto de convergencia de ir reduciendo déficit y deuda.
Pero como la deuda española se ha disparado a un 108,8% del PIB, Montero ha dejado de contabilizar gastos para así poder enviar un déficit controlado, con el riesgo de que en el segundo trimestre se descuadren las cuentas.
A pesar de eso y de que sólo crece un 4,5% sobre 2023, el gasto desde el 2019 ya se ha incrementado sobre el año 2019 en un 30,6%, y teniendo en cuenta que faltan gastos por contabilizar, la realidad se irá haciendo más dura a medida que avancen los datos oficiales a lo largo del año.
Todos los gastos del Estado español enviados a Bruselas llegaron a 678.000 millones en 2023, y una subida del 6% de media como el año pasado, colocaría al país en casi los 720.000 millones, con una subida de 42.000 millones más de gasto.
Si se frena más la economía, el déficit se puede ir al 4% y la deuda muy cerca del 110%. Si eso pasa, la nueva Comisión Europea tomará medidas.