La Seguridad Social ha anticipado que las pensiones contributivas experimentarán un aumento general en enero de 2025, vinculado a la inflación interanual promedio. En este contexto, la prestación máxima alcanzará los 45.725 euros anuales, reflejando una subida del 2,87% respecto al año anterior. Este incremento equivale a un ajuste mensual de unos 90 euros, situando la nómina máxima en 3.266 euros al mes repartidos en 14 pagas.
Aunque significativo, este ajuste será menos pronunciado que los de años recientes. En 2023, las pensiones subieron un 8,5%, mientras que en 2024 el incremento fue del 3,8%. No obstante, esta revalorización supera con creces los índices registrados antes de la crisis inflacionaria, como el 1,6% de 2019 o el 0,9% en 2020 y 2021. Estas variaciones responden a la reforma que vinculó las pensiones al IPC del año previo.
El dato definitivo de inflación, que confirmará el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los próximos días, apunta a un promedio cercano al 2,8%. Esto situará el ajuste general de las pensiones contributivas en torno al 2,75%.
Con esta actualización, la pensión media del sistema, actualmente en torno a 1.260 euros mensuales, se aproximará a los 1.300 euros al mes, lo que se traduce en más de 18.000 euros anuales. La pensión media de jubilación, que ya superó los 20.000 euros en 2024, llegará a 20.700 euros al año en 2025, beneficiando a más de 6,5 millones de personas.
Por otro lado, las pensiones mínimas también continuarán aumentando por encima de la inflación, en línea con los objetivos establecidos hasta 2027. La pensión mínima de jubilación para mayores de 65 años con cónyuge a cargo, que en 2024 se situó en 14.466 euros anuales, sigue una senda que busca alcanzar los 16.500 euros en 2027.
El coste total de las pensiones en 2023 superó los 200.000 millones de euros, lo que representa un incremento de 50.000 millones en cinco años. Este aumento se atribuye a factores como el envejecimiento de la población, la entrada de jubilados de la generación del «baby boom» con pensiones más altas y la mayor esperanza de vida en España, una de las más altas de la Unión Europea.
La Comisión Europea advierte de que este gasto seguirá aumentando, pasando del 14,3% del PIB en 2030 al 17,3% en 2050. Además, las medidas actuales para equilibrar las cuentas del sistema, como el aumento de las cotizaciones o el retraso de la edad efectiva de jubilación, podrían resultar insuficientes, estimándose un déficit del 3,1% del PIB para 2053.
El Fondo de Reserva, conocido popularmente como la «hucha de las pensiones«, ha enfrentado años de mínimos históricos. Desde 2023, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) busca revitalizar este fondo mediante una sobrecotización destinada a ahorrar para el futuro. Actualmente, el fondo acumula cerca de 9.000 millones de euros, lo que apenas cubre una nómina mensual del sistema. Su uso está previsto a partir de 2032.
En la actualidad, las cotizaciones sociales financian sólo el 70% del gasto en pensiones, lo que obliga al Estado a cubrir el resto mediante transferencias y deuda pública. Entre 2018 y 2023, esta financiación externa alcanzó los 271.905 millones de euros, equivalentes al 19% del PIB y al 70% de la deuda pública generada en ese periodo.
A medida que se intensifica el reto de sostener el sistema de pensiones, el debate sobre nuevas reformas y ajustes fiscales se vuelve más urgente. Sin acciones adicionales, el equilibrio financiero a largo plazo podría estar en peligro.