El sector de las gasolineras vive una era dorada. Con un precio del combustible al alza, el año pasado las estaciones de servicio de nuestro país alcanzaron un pico de ingresos, muy por encima de la serie histórica. 43.300 millones de euros se ingresaron las gasolineras españolas, en un periodo que parece continuar con su tendencia alcista.
En un documento elaborado por el último Observatorio Sectorial DBK de la consultora Informa, se recogen los datos de esta dorada facturación: el ingreso económico de las gasolineras españolas creció un 43% respecto a 2021.
Una subida que, sin embargo, no afecta sólo a los ingresos. El precio medio del barril de Brent lleva varios años ascendiendo desorbitadamente. Después de la subida del 142% en 2021 y 2022 —que lo colocó por encima de los cien dólares—, el Observatorio estima que el precio medio del barril se mantenga por debajo de los máximos. El citado informe también refleja la previsión de «un crecimiento moderado de la demanda de carburantes en el bienio 2023-2024, en un contexto de ralentización del crecimiento de la actividad económica».
Esto ha llevado a una situación de incertidumbre a las petroleras españolas, que no obstante han seguido facturando al alza. Entre todas ellas destaca la facturación de Repsol, que domina el mercado con amplio margen. Según el Observatorio Sectorial DBK, Repsol posee más del 25% del total de gasolineras que hay en la Península —incluyendo Portugal—. Esta ventaja comparativa ha hecho que la petrolera aumente su facturación de los 8.100 millones de euros en 2021, hasta rozar los 12.000 millones en 2022.
