Los impuestos locales se han convertido en una fuente crucial de ingresos para los ayuntamientos en España, y su recaudación ha crecido notablemente en los últimos años. En 2023, cada ciudadano abonó una media de 705 euros en tributos municipales, según un informe reciente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) adelantado por LibreMercado. La capital del país, Madrid, fue la máxima recaudadora con una media de más de 1.000 euros, mientras que en Pamplona el promedio fue de sólo 435 euros.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) destaca como el principal motor de recaudación, representando un 66% de los ingresos de los ayuntamientos. Los consistorios, que tienen un margen considerable de maniobra en la regulación de este impuesto, lo gestionan anualmente. Este tributo obligatorio, aplicado a la propiedad de inmuebles, ha demostrado ser un pilar fundamental para la estabilidad financiera municipal.
Por otro lado, el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), también obligatorio pero mucho menos rentable, solo supone el 8% de los ingresos locales. Esta cifra se debe en gran medida a las numerosas exenciones que favorecen tanto a personas físicas como a empresas con un volumen de negocio inferior a un millón de euros anuales. En cuanto al Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), aunque solo aporta el 11% del total recaudado, su atractivo reside en la posibilidad que ofrecen algunos municipios de reducir el tipo impositivo para atraer grandes flotas de vehículos.
El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), que es de carácter potestativo, también ha sufrido cambios. Aunque durante el auge inmobiliario fue una fuente significativa de ingresos, en la actualidad su contribución es mucho menor, representando sólo el 7% del total. Los expertos señalan que este tributo tiene ciertos desafíos en cuanto a la cuantificación de su base imponible.
El controvertido Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU), conocido como plusvalía municipal, ha sido objeto de varias reformas tras ser declarado parcialmente inconstitucional. Las modificaciones realizadas en 2021 han introducido notables diferencias normativas, y este impuesto ahora representa el 8% de los ingresos municipales.
En cuanto a las tasas locales, que abarcan una amplia gama de servicios públicos y el uso de espacios de dominio público, estas representan el 28,6% de los ingresos tributarios totales de las Haciendas Locales. Sin embargo, las tarifas y su estructura pueden variar significativamente entre municipios.
El informe del REAF también revela importantes disparidades en la recaudación entre ciudades. En Madrid, por ejemplo, cada habitante pagó una media de 1.001 euros en impuestos municipales en 2023, mientras que en Pamplona la media fue de sólo 435 euros, una diferencia notable de 566 euros. Barcelona ocupa el segundo lugar en cuanto a recaudación, con 978 euros por habitante, seguida de Gerona (917 euros) y Tarragona (901 euros). Estas cifras destacan las variaciones en la presión fiscal local dependiendo de la ciudad.