«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Han incrementado su cosecha en el Sáhara Occidental

Marruecos adelanta a España y se convierte en el segundo proveedor de tomate de la Unión Europea al evadir la hiperregulación ecologista

Un hombre reparte los tomates en un camión. Europa Press

La competencia desleal que ejercen los productores marroquíes gracias al Pacto Verde y a la aplicación de la Agenda 2030 ya tiene consecuencias visibles en el mercado europeo del tomate. La feroz expansión de Marruecos en la exportación de esta hortaliza ha desplazado a España como tercer proveedor de la Unión Europea, marcando un hito en el sector agroalimentario del continente.

Los últimos datos del servicio estadístico Euroestacom (ICEX-Eurostat) adelantados por El Debate confirman el adelantamiento marroquí. En 2024, el país magrebí exportó 579.792 toneladas de tomate a la UE, con un valor de 999,04 millones de euros. España, que hasta hace pocos años dominaba este sector, vendió 531.766,4 toneladas por un total de 933,82 millones de euros. La diferencia de 48.025,6 toneladas entre ambos refleja la consolidación del ascenso marroquí y el declive progresivo del tomate español.

Los agricultores españoles, que han visto cómo sus explotaciones se reducen un 30% en los últimos años, denuncian que la creciente ventaja de Marruecos se debe a múltiples factores: desde costes de producción mucho más bajos hasta un trato preferencial dentro del acuerdo comercial con la UE. La monarquía marroquí subvenciona entre el 50% y el 70% del valor del tomate producido en su territorio, mientras que en España la presión fiscal, la escasez de agua y la regulación ambiental asfixian a los productores.

El problema se agrava con la laxitud de la UE en la aplicación de los cupos comerciales. Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), desde 2019 Marruecos ha introducido en la UE unas 500.000 toneladas anuales de tomate, superando en 230.000 toneladas el contingente que debería estar exento de tasas. Andrés Góngora, responsable estatal de frutas y hortalizas de COAG, estima que este exceso ha significado una evasión de 71,7 millones de euros en aranceles en los últimos cinco años.

Además de su producción en suelo marroquí, Rabat ha encontrado en el Sáhara Occidental una vía adicional para incrementar su cosecha. En este territorio en disputa, donde Marruecos ha intensificado su ocupación y explotación agrícola, se cultiva una parte considerable de los tomates que luego son etiquetados como marroquíes y acceden al mercado europeo bajo el tratado de libre comercio. Esta estrategia refuerza su competitividad frente a un sector español que, limitado por normativas fitosanitarias y laborales más estrictas, ve cómo se erosiona su rentabilidad.

El liderazgo del tomate en la UE sigue en manos de los Países Bajos, que en 2024 comercializaron 743.291,8 toneladas de esta hortaliza. Sin embargo, Marruecos avanza con paso firme y ha recortado significativamente la diferencia con los neerlandeses: de 222.240 toneladas en 2023 a 163.499,8 toneladas el año pasado. La tendencia apunta a que, si se mantienen las condiciones actuales, el país africano podría convertirse en el principal proveedor de tomate para la UE en un futuro cercano.

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