La suspensión de pagos anunciada esta madrugada por el turoperador británico Thomas Cook, uno de los mayores a nivel global, ha dejado en tierra a 600.000 viajeros en todo el mundo y supone un duro golpe para dos de sus principales destinos en España: Baleares y Canarias.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Reyes Maroto, se reunirá mañana con las comunidades autónomas más afectadas por la quiebra de la firma británica: Canarias, Cataluña, Baleares y Andalucía, según ha comunicado la secretaria de Estado de Turismo, Isabel María Oliver.
La Autoridad de Aviación Civil (CAA) británica ha informado de que «todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas». El grupo operaba en 16 países con una flota de 105 aviones y 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca.
A la espera de conocer el número de españoles afectados, los empresarios y los gobiernos autónomos de ambos archipiélagos han mostrado su preocupación por el colapso del turoperador, que dejará pérdidas millonarias en ambos destinos.
Según la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera, esta crisis tendrá un impacto «de una magnitud sin precedentes» para el sector turístico de Baleares, ya que Thomas Cook intermediaba en torno al millón de clientes cada año.
En Canarias, el presidente del gobierno regional, Ángel Víctor Torres, aventuraba que esta situación conllevaría «cancelaciones y pérdidas económicas» para el sector, aunque no las llegaba a cuantificar.
La patronal turística y el Grupo Popular del Cabildo de Fuerteventura estiman que ese cese hará que la isla pierda nueve vuelos semanales directos con el Reino Unido y 480.000 visitantes británicos al año, mientras que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha estimado que este invierno perderán 13.000 turistas, el 7 % del total previsto para la temporada alta en el archipiélago, que comienza en octubre.
Para el analista de IG Markets Sergio Dávila, las aerolíneas de bajo coste EasyJet, Ryanair y Norwegian son las que más pueden beneficiarse de la caída de Thomas Cook, así como el turoperador TUI, mientras que las empresas españolas Meliá Hoteles y NH Hoteles pueden verse perjudicadas por la cancelación de parte de sus acuerdos con la firma británica. Igual le puede ocurrir a Amadeus.
«Es una mala noticia para el turismo español», ha opinado Dávila, ya que a partir de ahora las «cancelaciones de vacaciones ya predefinidas afectará a las cuentas de empresas españolas de turoperadoras. Y que no vengan turistas a España, afecta también a la hostelería que mueve al sector servicios y la economía» española.
Sólo en los primeros nueve meses del año, las tres aerolíneas de la empresa Thomas Cook (Condor, TC Airlines y TC Scandinav) transportaron hacia y desde los aeropuertos españoles (salidas y llegadas) a 4.788.370 pasajeros, según datos de Aena.
Fuera de España, las autoridades del Reino Unido han cifrado en más de 150.000 los turistas afectados y su Gobierno ha empezado desde este lunes a repatriarlos, en lo que supone el mayor esfuerzo de este tipo desde la II Guerra Mundial, según ha considerado el consejero delegado de la Autoridad de Aviación Civil británica, Richard Moriarty.
Esas tareas, coordinadas por la CAA y el Gobierno británico, han comenzado ya y afectan a turistas que aguardan repartidos por distintos puntos del mundo, entre ellos en once destinos españoles. Se dispondrá de 40 aviones -traídos de 53 aeropuertos en 18 países- que operarán alrededor de un millar de vuelos durante los próximos 15 días, hasta el 6 de octubre, con un coste aproximado de 100 millones de libras (113 millones de euros).
La mayor parte de esos vuelos se operarán desde aeródromos europeos, aunque también se trasladarán a este país turistas atrapados en destinos más alejados como Estados Unidos, el Caribe y Cuba.
En Grecia, otro de los destinos turísticos donde operaba Thomas Cook son cerca de 50.000 clientes los que se han quedado varados, mientras que los gobiernos belga y holandés confirmaban que sus nacionales afectados superan los 20.000. En Portugal, son Madeira y la región del Algarve, con alrededor de 500 turistas afectados, son los destinos que más sentirán el impacto de la quiebra.
Poniendo fin a 178 años de historia en el sector, el turoperador británico, uno de los más antiguos del mundo, entró en quiebra al no obtener los fondos adicionales de 200 millones de libras (227 millones de euros) que le exigían bancos como el RBS y el Lloyds para afrontar los meses de invierno.
Una portavoz de Downing Street defendió hoy que «un rescate no habría supuesto un buen uso del dinero del contribuyente» británico y recordó que «no es papel del Gobierno respaldar a compañías cuando surgen estos problemas».
El consejero delegado del grupo, Peter Fankhauser, pidió disculpas «a los millones de clientes y a los miles de trabajadores» afectados por la liquidación de la compañía, que llevaba años padeciendo estragos financieros.
Elementos como el «brexit», una deuda millonaria que lo lastraba desde hace años, su incapacidad para renovarse y competir con sus rivales online y otros factores geopolíticos han ido empujando a esta empresa hacia su colapso, afectando a 22.000 empleados, de los que 9.000 son británicos.
La delicada situación financiera del grupo, que en 2007 se fusionó con MyTravel, se agravó este año, cuando en mayo pasado registró pérdidas valoradas en 1.500 millones de libras (1.680 millones de euros), correspondientes a la primera mitad de su primer año fiscal.