Es innecesario bosquejar un retrato del criminal que hoy preside Brasil, Lula da Silva, cuando podemos leer el fidelísimo retrato que de él hace el ex ministro brasileño de Exteriores, Ernesto Araújo, en una tribuna de obligada lectura y publicada, como anunció ayer el ex ministro a sus cerca de 900.000 seguidores en twitter, «en el principal medio de la derecha conservadora española». Es decir: en La Gaceta.
Tampoco es necesario reseñar los motivos del viaje a España del convicto Lula, recibido en Portugal al grito de «ladrón» por el partido Chega, y que viene acompañado del histórico terrorista colombiano y hoy presidente Gustavo Petro, cuando podemos leer el comunicado rotundo de Foro Madrid, la gran red iberoamericana en defensa de la libertad y del Estado de Derecho, en el que señala el objetivo de los totalitarios visitantes de apoyarse en Pedro Sánchez y en sus socios comunistas para avanzar en su plan de aplastamiento de la disidencia hasta convertir a Iberoamérica en una región narcochavista subordinada a Pekín y a su sucursal moscovita.
Lo único que sí es necesario añadir a la tribuna del ex ministro Araújo y al comunicado de Foro Madrid, es una alerta sobre la influencia que esta alianza de socialcomunistas, de un lado y otro del Océano, tendrá en los procesos electorales de importancia capital que España debe afrontar en los próximos meses.
Para el Foro de Sao Paulo, reunión de dictadores castristas e Internacional de la Miseria, y para su sucursal social, el Grupo de Puebla, en el que medran conocidos liberticidas como el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y la ministra de Igualdad, Irene Montero, resulta esencial que haya un gobierno socialcomunista al frente de España con influencia en la política exterior de Bruselas.
En los próximos meses, igual que ocurrió en otros procesos electorales como Bolivia, Perú, Chile, Argentina o el propio Brasil, los mandatarios reunidos en torno al Foro de Sao Paulo y sus activistas del Grupo de Puebla maniobrarán para conseguir una nueva victoria socialista en España. No desdeñemos la poderosa influencia de una red tejida desde hace más de 30 años y apoyada por el dinero del narco que ha conseguido volver a teñir el mapa del continente americano de rojo desastre.
En los próximos meses, deberemos estar muy atentos ante los intentos ilegítimos de los corruptos gobiernos del Foro de Sao Paulo de injerir en la política española de la misma manera que lo ha hecho en otras naciones. No echemos a barato esta advertencia. Torres más altas han caído.
¿O es que acaso alguien pudo pensar hace poco más de un año que los colombianos iban a permitir que los presidiera un exterrorista comunista y exasesor económico del catastrófico chavismo venezolano? ¿O que un mal maestro con las cuatro reglas básicas iba a ser presidente —y luego, un corrupto golpista— de Perú? La respuesta, que hoy sabemos equivocada, hubiera sido que no. La misma respuesta que querríamos dar hoy si nos preguntáramos si un autócrata incompetente como Pedro Sánchez podría volver a ser presidente del Gobierno.
Al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla les interesa que Sánchez se mantenga en el Gobierno. Por eso recomendamos una vigilancia extraordinaria para impedir cualquier intento de injerencia —y los habrá— de estas reconocidas organizaciones liberticidas en el voto de los españoles.