«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EDITORIAL
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28 de enero de 2025

El consenso de socialistas y populares contra Trump y el declive de las políticas de la resignación

Las recientes declaraciones del vicesecretario, eurodiputado del Partido Popular y vicepresidente del Parlamento Europeo, Esteban González Pons, afirmando que Trump es «el macho alfa de una manada de gorilas» o el «enterrador de la democracia» no hacen más que confirmar una hostilidad que viene de lejos; un rechazo radical e irracional que se entiende mejor en la inmensa cercanía ideológica entre populares y socialistas, reflejada en la coincidencia entre ambos grupos en las votaciones en el Parlamento Europeo: nueve de cada 10 veces votan lo mismo.

Unas palabras, las de González Pons, que por mucho que hoy algunos quieran distanciarse de ellas, en plena sintonía con otras no tan remotas de la presidente del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien al arremeter contra las alianzas de VOX calificó a Trump y Le Pen como políticos que «han perjudicado los intereses de España».

Idéntica aversión al reelegido presidente norteamericano han mostrado otros dirigentes del Partido Popular, como la portavoz parlamentaria y secretaria general, Cuca Gamarra, o el diputado y vicesecretario Borja Sémper, en afirmaciones casi indistinguibles del PSOE. Gamarra no ha disimulado su admiración por la izquierdista Kamala Harris con declaraciones extravagantes como que «normalmente en las crisis aparece una mujer con fuerza: Kamala ha revolucionado la política». Sémper ha llegado a utilizar el nombre del presidente norteamericano como insulto. Para descalificar a Pedro Sánchez, de quien dijo que «parece más Trump que un político español».

PSOE y PP: juntos también en sus ataques a Trump desde hace años

La coincidencia de socialistas y populares en sus ataques al mandatario republicano viene de lejos, desde el primer Gobierno de Trump. En 2018, José María Aznar calificó al entonces presidente de los Estados Unidos como «un populista impredecible». La segunda —y rotunda— victoria de Trump en las urnas el pasado mes de noviembre de 2024 tampoco hizo cambiar al ex mandatario y al PP.

De nuevo, FAES, fundación vinculada al PP, publicó entonces que la victoria del líder republicano «no era una buena noticia», y su presidente, que José María Aznar, aprovechó para afirmar que «algo pasa cuando el que intentó un golpe de Estado es elegido presidente».

Exactamente la misma posición respecto a Trump expresan desde el PSOE. En noviembre de 2023, durante un acto de partido, el presidente del Gobierno predijo que «no va a haber ni Trump ni Milei ni Bolsonaro ni el holandés Wilders ni Feijoo ni Abascal». No parece que el líder socialista pueda ganarse la vida como futurólogo, vistos los resultados electorales en los Estados Unidos, Argentina o los Países Bajos, por ejemplo.

En agosto de 2023, cuando ya estaba a tiro de piedra la campaña electoral de las elecciones presidenciales estadounidenses, los socialistas no dudaron en tomar partido por la candidata demócrata —la misma candidata por la que bebía los vientos el PP—, Kamala Harris. En un mensaje, el PSOE enviaba «nuestro más firme apoyo a Kamala Harris para las elecciones de noviembre en los Estados Unidos».

Tras la victoria Republicana en 2024, Pedro Sánchez, después de su protocolario saludo al ganador, calificó de «día oscuro» el triunfo de Trump, situándose a partir de ese momento como el líder internacional para que Europa enfrente esa «amenaza».

Tampoco desde el grupo socialista en el Parlamento Europeo se ahorraron insultos y descalificaciones hacia el legítimo y rotundo ganador de los comicios americanos. Su portavoz, Iratxe García, se atrevió a declarar: «Conocemos el proyecto de Trump: autoritarismo, xenofobia y falta de oportunidades». Como se ve, el respeto a las formas democráticas se cumple desde el PSOE solamente cuando gana la izquierda. 

Tras la investidura de Trump, Sánchez arremetió duramente contra la «tecnocasta», llamando a la Unión Europea a «plantar cara a Trump y defender la democracia», con mensajes alarmantes como “Europa debe despertar de una vez”, y haciendo partícipe incluso a China de esa nueva alianza progre contra el reelegido presidente de los Estados Unidos.

El declive de las políticas de la resignación

El consenso de socialistas y populares contra Donald Trump y su Administración demuestra una vez más la semejanza entre fuerzas políticas que defienden y proponen lo mismo. Las múltiples declaraciones a lo largo del tiempo son un indicador inequívoco de su miedo a toda alternativa al globalismo y wokismo imperante que ha impregnado toda y cada una de sus políticas en las últimas décadas.

El temor a Trump, como a Milei, Orban y Meloni está justificado. Todos ellos adelantan cómo sería un Gobierno presidido por Santiago Abascal a la vez que demuestran que hay una alternativa frente a las políticas de la resignación del PSOE y PP, que pretenden establecer que sólo hay un camino, el del socialismo del PSOE o la socialdemocracia practicada por el PP. La diferencia entre ambas es de gradación, mayor o menor intensidad, de las políticas del globalismo y wokismo: impuestos altos, ideología de género, promoción del aborto y no de la vida, inmigración ilegal, cultura de la cancelación, etc., por lo que los españoles «deben aceptar que sólo hay un camino».

Sin embargo, los aliados de VOX, con políticas más que coincidentes, demuestran que es posible un rumbo distinto y que sus medidas favorecen la libertad, la seguridad y prosperidad de las naciones y de sus ciudadanos. Por eso, tanto VOX como Disenso, han defendido a líderes como Trump, Milei, Orbán o la propia Meloni. Porque defenderles era defender las propias ideas de VOX, sus propuestas y a los españoles que representan y ansían un camino distinto, que revitalice a su nación y ponga fin a la constante intromisión y restricción de las libertades del globalismo y el wokismo.

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