«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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1 de febrero de 2021

Propaganda y verdad

Propaganda y verdad están librando un combate apasionante en España desde principios de marzo del año pasado, cuando en un ejercicio de comunicación política (eufemismo) que se estudiará dentro de cien años, un supuesto experto gubernamental en epidemias aseguró que no habría más de un caso o dos de covid-19. A día de hoy, entre 85.000 y 100.000 cadáveres nos contemplan pasmados junto a 622.600 puestos de trabajo destruidos, cuatro millones de parados, 755.000 trabajadores en unos ERTE prorrogados sin horizonte final, 350.000 autónomos en cese de actividad, un millón y medio de familias sin trabajo, 100.000 autónomos empleadores sin presente alguno ni empleados a los que pagar y el PIB hundido a niveles de posguerra.

Que no haya pasado nada, que el supuesto epidemiólogo, como el dinosaurio, siga ahí; que el filósofo que gestionó el desastre sanitario tenga excelentes perspectivas electorales; que los españoles acepten impasibles —salvo algún rápido desahogo en privado— que se cargue en ellos la responsabilidad del desastre porque a ‘los expertos’ invisibles no se les toca, que España sea el único país donde la Fiscalía se niega a que se investigue la gestión del Ejecutivo, que los golpes en las cacerolas de un pequeño grupo de rebeldes fuera acallado por la masa acrítica buenista que cantó el ‘Resistiré’ y aplaudió hasta desollarse las manos a unos sanitarios abandonados por el Gobierno de la Nación y por todos los gobiernos de las ínsulas baratarias españolas, sólo significa una cosa: la propaganda (retórica y miedo a partes iguales y pagada con nuestros impuestos) le ha doblado el brazo a la verdad.

A una verdad que ni es poliédrica, ni tiene mil caras, ni depende de por dónde se mire, ni es una manzana. La verdad es una. La verdad que conoce usted que nos lee, los hosteleros, los ancianos de las residencias, los sanitarios, los funerarios, los emprendedores, los operadores turísticos, las pequeñas empresas, las gestorías, los rectores, los colegios concertados, los encuestadores del CIS y millones de españoles más que se sienten desamparados ante la victoria propagandística del peor Gobierno que podríamos haber tenido en el peor momento posible.

La antaño heroica nación española se está echando una larga siesta. Y ya va siendo hora de despertar.

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