El hilo constitucional estĆ” roto. La continuidad legĆtima en el poder basada en el respeto a la soberanĆa nacional y al conocimiento fiel de que la nación preexiste a cualquier norma, estĆ” quebrada. El hilo constitucional lo ha destruido Pedro SĆ”nchez en una operación deseada por la izquierda desde hace dĆ©cadas en la bĆŗsqueda de la ruptura del acuerdo de mĆnimos al que llegamos los espaƱoles en 1978. Una operación de ruptura que hasta ahora se ha apoyado en tres ejes fundamentales: la degradación profunda de la instituciones, el aplastamiento del derecho natural y el asalto a los contrapesos que hasta ahora frenaban la tentación totalitaria del socialismo.
A la degradación institucional, SÔnchez ha unido la extraordinaria capacidad de sus ministros para trabajar en contra del interés general de los españoles. Hoy, por culpa de Pedro SÔnchez, y sin excusas pandémicas, somos mÔs pobres, mÔs dependientes, menos soberanos y vivimos mÔs inseguros.
Algunas de estas condiciones actuales son el fruto amargo de su absoluta incompetencia para gestionar España, pero otras, como todas las leyes ideológicas aprobadas por su Gobierno, forman parte de ese plan deliberado de fractura y enfrentamiento entre españoles al que el presidente ha convocado a golpistas, corruptos y filoetarras.
Ante todo lo anterior, y ante todo lo que estÔ en el conocimiento del lector sobre la personalidad narcisista de Pedro SÔnchez, lo único que no es tolerable es la inacción.
Por eso, sólo podemos aplaudir el uso de todas las herramientas, de cualquier herramienta legĆtima y responsable, y la moción de censura lo es, contra un presidente que ha perfeccionado el desastre de sus predecesores.
En esta hora crĆtica para EspaƱa, el lĆder de Vox, Santiago Abascal, ha confirmado hoy el acuerdo para presentar a Ramón Tamames como candidato a la Presidencia del Gobierno en la moción de censura contra SĆ”nchez. Con este anuncio, Vox cumple con su compromiso responsable de buscar el mĆ”ximo apoyo en el Congreso presentando por primera vez en la historia de la democracia a un candidato independiente, brillante, con un pasado enraizado en aquella generación extraordinaria de espaƱoles que por patriotismo y desde posiciones distintas, supieron cerrar viejos antagonismos y rencores.
El combate en la Tribuna del Congreso entre un gigante como Tamames y un mediocre ambicioso como SĆ”nchez serĆ” el combate desigual entre los que defienden la nación histórica fortalecida por el proceso de reconciliación del 78 y los partidarios de un paĆs pequeƱo, roto, invadido, empobrecido y servil que indulta a sus enemigos y rebaja las penas de los peores delincuentes.
Por mucho que nos temamos que no, ojalĆ” entre los 350 diputados hubiera una mayorĆa suficiente de buenos y honrados espaƱoles que apoyara al profesor Tamames para que nos conduzca con lucidez hacia la convocatoria de elecciones generales. Abstenerse ante la sabidurĆa de Ramón Tamames, cuya experiencia acumulada representa el espĆritu de concordia de una generación de patriotas que nos enseñó a reparar lo que estaba roto, no puede ser una opción. Sobre todo, despuĆ©s de que le escuchemos todo lo que tiene que decir y comprendamos que es una oportunidad para EspaƱa.