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EDITORIAL
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17 de marzo de 2023

Tempus fugit, carpe diem

El presidente de VOX, Santiago Abascal, y el candidato de la moción de censura, el profesor Ramón Tamames (J. Hellín / Europa Press)

De todas las preguntas que Ramón Tamames respondió ayer en una rueda de prensa junto a Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados, una de las más interesantes, por lo que tenía de aclaración legítima de una duda, fue la de una periodista de Europa Press que quiso saber a qué se debe la urgencia de una moción de censura que persigue un adelanto electoral para finales de mayo, cuando apenas quedarían seis meses antes de que el presidente del Gobierno no tuviera más remedio que convocar elecciones generales.

El profesor Tamames recurrió a un latín, que no latinajo, para contestar. Tempus fugit. El tiempo se fuga y escapa. El tiempo pasa. Y de qué manera. Seis meses más de un gobierno autocrático e incompetente es un océano de tiempo.

El tiempo juega con diferentes reglas para Pedro Sánchez y para una mayoría de españoles, que no de partidos, a los que estos tres años y pico de Gobierno del autócrata han resultado eternos.

Tiempo es lo que ha tenido Sánchez para ejecutar su plan de asalto y rendición de España. Demasiado tiempo es lo que todavía tiene el presidente para hacer más daño con políticas ideológicas y cesiones de nuestra soberanía a nuestros enemigos interiores y exteriores. Tiempo es lo que le sobra a Sánchez para ahondar en su incompetencia que ha empobrecido a España.

Todo lo que ha conseguido Sánchez en estos larguísimos y neblinosos años es sólo las tres cuartas partes de lo que puede lograr. Aún le queda tiempo, demasiado tiempo. Todas las libertades que Sánchez pueda arrebatarnos, cada ley que promulgue en perjuicio de nuestra identidad, todos los asaltos futuros a las pocas instituciones y organismos que todavía sirven de contrapeso a su tentación totalitaria, serán culpa del presidente, pero también responsabilidad de aquellos que ni siquiera intenten detener el tiempo de Sánchez y dárselo a quien de verdad lo necesita: España.

La formidable supernación que hace siglos imaginaron nuestros antepasados, no puede esperar a que Sánchez termine de debilitarla hasta el borde de la fractura con esa mezcla desigual de inutilidad y villanía.

Tempus fugit. La moción de censura del próximo martes añade otro latín implícito en la respuesta del profesor Tamames: carpe diem. Quien no aproveche cada momento para ponerse frente al problema que supone y supondrá Sánchez y sólo quiera buscar las diferencias entre un candidato inpendiente y un partido de palabra como Vox que prometió un candidato independiente, es parte del mismo problema.

Tempus fugit. Carpe diem. Sursum corda! Ayer, el profesor Tamames, que conoce el valor del tiempo, aclaró cualquier duda. La moción de censura no será una pérdida de tiempo. Todo lo contrario. Será un tiempo bien aprovechado.

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