El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha vuelto a demostrar que se toma en serio el poder que le ha otorgado el votante al suspender de su cargo al fiscal Andrew Warren, de la escudería Soros, por «escoger y seleccionar qué leyes va a hacer cumplir en función de su agenda personal», y ha designado a Susan López como su sustituto durante la suspensión.
Warren, que trabajaba en el Decimotercer Circuito Judicial, se ha negado recientemente a aceptar la política del estado que penaliza el aborto provocado tras la decisión de la Corte Suprema de anular Roe vs. Wade, así como las leyes que restringen las cirugías de cambio de sexo infantil, según el propio DeSantis. Warren se negó, asimismo, a enjuiciar a 67 alborotadores arrestados en las manifestaciones de George Floyd, y dijo en 2017 que solo pediría la pena de muerte «en los peores casos» y no donde «la enfermedad mental jugara un papel».
«Suspendemos al fiscal del circuito 13 respaldado por Soros, Andrew Warren, por descuidar sus deberes mientras se compromete a no defender las leyes del estado», dijo la oficina de DeSantis en un comunicado, según Fox News. El gobernador ha llegado a enviar a la policía del estado para desalojar a Warren de su oficina, «con acceso solo para recuperar sus pertenencias personales, y para asegurarse de que no se eliminen archivos, papeles, documentos, notas, registros, computadoras o medios de almacenamiento extraíbles».
DeSantis anunció la suspensión de Warren en una rueda de prensa en la que afirmó que «la Constitución de Florida ha otorgado el poder de veto al gobernador, no a los fiscales». «Por tanto, si viola flagrantemente su juramento y se pone por encima de la ley, ha violado su deber y ha descuidado su deber, y está mostrando una falta de competencia para poder realizar esos deberes».
Como indica la estrella de la Fox, Tucker Carlson, en un monólogo dedicado a la noticia, uno de cada cinco estadounidenses, es decir, más de 70 millones de personas, vive ahora en una jurisdicción supervisada por un fiscal respaldado por Soros. Los fiscales de Soros actúan en las principales ciudades, como Nueva York, Chicago, St. Louis, Nueva Orleans, Filadelfia, Los Ángeles. También son la ley en lugares como el condado de Travis, Texas; Condado de Hinds, Misisipí; Condado de Loudoun, Virginia; Condado de Chatham, Georgia. Todos ellos tienen fiscales respaldados por Soros.
Soros compra fiscales como si fueran gominolas, pero de manera impecablemente local, con fondos para financiar sus campañas, a través de su tupido entramado de fundaciones, comités de acción política y empresas pantalla. Un análisis reciente realizado por el Fondo de Defensa Jurídica para la Aplicación de la Ley revela que, en total, hay ya más de 75 fiscales en Estados Unidos de su red. Para conseguir que esas personas ocupen esos puestos, Soros ha gastado más de 40.000 millones de dólares. A menudo, es el principal donante de la campaña. En Filadelfia, por ejemplo, el 90% de la financiación del ahora fiscal de distrito Larry Krasner provino de George Soros.
¿Cuál es la consecuencia, qué quiere Soros de estos fiscales? Que no se aplique la ley contra los grupos protegidos por el régimen «woke». La consecuencia inmediata es un aumento considerable de los crímenes violentos. El año pasado, Filadelfia registró su mayor total de homicidios en la historia. En general, a nivel nacional, según el FBI, los homicidios en los Estados Unidos aumentaron un 30 por ciento en 2020. Ese es el mayor aumento de asesinatos en un solo año en la historia de los Estados Unidos.
