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EN VÍSPERAS DE LAS ELECCIONES

La demócrata Tulsi Gabbard abandona el partido por la deriva ‘woke’ que ha tomado la formación

Tulsi Gabbard y Joe Biden. Europa Press
Tulsi Gabbard y Joe Biden. Europa Press

La exdiputada demócrata por Hawai Tulsi Gabbard siempre ha sido un verso suelto dentro del partido en el poder. Veterana del Ejército, lleva años denunciando la deriva enloquecida de su partido hacia la locura ‘woke’ y su creciente ansia de aventuras bélicas.

Pero el vaso de su paciencia se ha colmado y acaba de anunciar su abandono del partido, con un mensaje que ayuda a comprender qué le está pasando a Estados Unidos, dominado en Congreso y Gobierno por el Partido Demócrata.

“Ya no puedo seguir en el actual Partido Demócrata, que está ya totalmente controlado por una camarilla elitista de belicistas alimentada por un ‘wokismo’ cobarde, que nos divide racializando cada tema y avivando el racismo contra los blancos, trabajando activamente para socavar las libertades que Dios nos ha dado, es hostil a la fe y la espiritualidad de la gente, demoniza a la policía, protege a los criminales a costa de los ciudadanos respetuosos de la ley, apuesta por las fronteras abiertas, enfrenta a las instituciones de seguridad del Estado contra sus opositores y, sobre todo, nos arrastra hacia una guerra nuclear ”, empieza su mensaje, en una perfecta descripción del régimen impuesto por los cuidadores de Biden.

“Creo en un gobierno del, por y para el pueblo”, continúa. “Desgraciadamente, ya no se puede decir lo mismo del Partido Demócrata. Más bien, representa representa un gobierno de, por y para la élite”.

“Hago un llamado a mis compañeros demócratas independientes y con sentido común para que se unan a mí y abandonen el Partido Demócrata. Si ya no puede soportar la dirección que los llamados ideólogos del Partido Demócrata están tomando en nuestro país, lo invito a unirse a mí”, ha añadido.

Se veía venir, aunque nadie sabe si esto supone el principio de su carrera dentro del Partido Republicano. Lo que sí se sabe es que se alineó con el programa trumpista de América Primero en muchos de sus puntos, muy especialmente en su política exterior pacífica y no intervencionista. Durante sus cuatro mandatos en la Cámara de Representantes, de 2013 a 2021, Gabbard abogó por el diálogo con las superpotencias rivales de Estados Unidos, junto con una política de línea dura contra el terrorismo islámico. La candidata presidencial fallida de 2016, Hillary Clinton, acusó a Gabbard en 2019 de ser “un activo ruso”, pero eso es lo habitual con cualquiera que se oponga al belicismo de los halcones en Washington. Y, a diferencia de su partido, que con el respaldo de buena parte los republicanos votó casi unánimemente para enviar más de $ 52 mil millones a Ucrania en los últimos meses, Gabbard condenó a Biden por “explotar esta guerra para fortalecer la OTAN y alimentar el complejo militar-industrial”.

Por una parte, su historial de votación es bastante progresista; por otra, da la sensación de que la experiencia del poder está cambiando lentamente muchas de sus posturas iniciales.

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