«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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UNO DE LOS POCOS ARTISTAS QUE IGNORA EL QUÉ DIRÁN

Santaflow: «Pido perdón por las barbaridades que decía hace años»

Santaflow
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Iván Santos, más conocido como Santaflow, es uno de los pocos artistas que, pese a la persecución y las críticas de la izquierda, ha confirmado su actuación en Viva22, el evento que VOX celebra este sábado y domingo en Madrid. En un mundo de raperos que hablan sobre drogas y anarquía, Santaflow se enfrenta, a través de sus canciones, a lo establecido como «políticamente correcto». Ya sea el globalismo, la Agenda 2030 o Pedro Sánchez, a quien, afirma, «hay que quitar del Gobierno».

¿Quién es Iván Santos y en qué momento se convierte en Santaflow?

Yo me dedico a la música desde hace mogollón de años. Empecé como cualquier rapero normal y corriente, haciendo mis canciones, mis letras, pero desde el principio me di cuenta de que no encajaba: no me gustaba ir vestido con ropa ancha, ni me gustaba hacer esas letras típicas del rap que reivindican muy bien por imitación y no por razonamiento. Tampoco me gustaba la parte musical tan purista, tan cerrada, tan oscura. Yo soy fan de Héroes del Silencio, entre otras muchas bandas de rock. En realidad soy un rapero con corazón de rockero, o al revés, un rockero que hace rap. Estoy completamente fuera del circuito del rap español, que es muy sectario. En cambio, en Iberoamérica sí que tengo muchos seguidores, porque allí no son tan puristas. No me gusta toda la temática sectarizada, así que se puede considerar que soy un roquero que hace rap y que tiene una mentalidad mucho más libre y mucho más abierta que las de las sectas y los grupos urbanos del hip hop. Creo que hago rap, pero no hip hop, que es lo que ellos llaman cultura.

Llevas ya bastantes años en este mundo del rap y no se te ha dado nada mal: tienes más de 1 millón de seguidores en YouTube y tus canciones tienen millones de visitas. Eres conocido aquí en España y también al otro lado del Atlántico. Incluso tienes tu propia productora, Magnos Enterprise. ¿Por qué decidiste ir por tu cuenta?

Por ser libre. Primero estuve con un sello independiente y, aunque lo fuera, me intentaban dirigir un poco y no iba conmigo. Luego firmé con Universal con mucha ilusión pensando que eso era llegar y besar el santo, pero no fue así. Además, firmé en un momento en el que había un cambio muy importante en la industria, se estaba dejando de vender discos. Fue un momento muy complicado porque Universal no pagaba entonces por hacer grande a un artista, sino que se dio cuenta de que, si fichaba a 30 artistas y alguno se lo curraba él solo en las redes sociales, en ese apostaba un poco más, así que estar en una multinacional no tenía sentido. En cuanto pude, con mucho sufrimiento porque no me querían dejar ir, dije que no quería estar con esa gente para que se llevasen el 90% de los beneficios sin gastar dinero en mi promoción. Así que montamos el sello para lanzar uno de los discos y vimos que funcionó mejor de lo que esperábamos, y hasta hoy, hemos seguido creciendo con el sello poquito a poco. Nunca hemos sido artistas de boom, siempre ha sido muy poquito a poco, y eso creo que es bueno para mantener los pies en la tierra porque conozco gente que ha tenido éxito muy rápido y a la gente se le va la olla. No es un mito, se les va la olla de verdad.

¿A qué te refieres exactamente cuando dices que el mundo del rap está en España metido en una secta, pero en Iberoamérica no es así?

Se supone que la historia del hip hop viene de los guetos de Estados Unidos, de gente con menos recursos. En aquel momento, a finales de los 70, principios de los 80, se podía hablar de que podía haber cierto racismo todavía y el rap era un movimiento o una música que acompañaba una cultura de protesta. Cuando quieren importar eso a España deja de tener sentido, porque aquí no hay guetos, no hay negros, y se duplica el mensaje sin tener tanto sentido. Poco a poco lo van adaptando y al final llega a ser un “estoy orgulloso de fumar porros, beber mucho, de estar en el barrio todo tirado”. Yo he sido joven, me he desmadrado como todo el mundo, supongo, pero no me parece que eso sea algo de lo que estar orgulloso. Yo estoy orgulloso de tener diez discos, de haber aprendido a tocar el bajo y la guitarra, de haber montado un sello discográfico sin haber tenido estudios de empresariales.

En Estados Unidos ha evolucionado más rápido que aquí. Allí hay raperos de izquierdas, de derechas, liberales, cristianos… y los que empiezan a salir del gueto, que no todos provienen de ahí, de repente hablan de Ferraris, de jacuzzis, de dinero, y tienen esa capacidad de adaptarse. En España es un movimiento, como el cine, secuestrado por una ideología. Yo soy claramente defensor de que uno puede hacer rap, rock o flamenco y pensar lo que le dé la gana; el arte es libre expresión y si voy a tener que hacer una música con unos mensajes que están atados a la música que yo hago, ya no es libre expresión, ya es otra cosa entre artesanía y activismo barato, y no va conmigo.

El rap nació con esa vocación de protesta, ¿de qué es necesario protestar hoy en España?

Yo pienso que ahora mismo hay que quitar del Gobierno al señor que tenemos y a toda su patulea de ministros y ministras que lo único que hacen es enfrentarnos y sacarnos el dinero de mala manera. Yo me fui de España un año a vivir a Buenos Aires y, cuando me fui, en 2015, no había ningún problema de machismo, en mi casa mandaba mi madre y todo estaba bien. Cuando volví, no sé qué cojones pasó en un año que dije: “No se os puede dejar solos”. De repente, me llegaron un puñado de informaciones y mensajes que si el patriarcado, que si no sé qué… Es decir, creo que el Gobierno socialista está inventándose un problema para recaudar votos, y aparte está comprando votos. Dicen que cuando la derecha roba, saben que está robando y si les pillas van a la cárcel porque hacen algún trapicheo con el ladrillo y tal, pero cuando la izquierda roba, no es que robe, es que cambia la ley para que robar sea legal, y entonces roban a manos llenas sin parar, un año tras otro. La ideología de género es terrible, terrible, nos está enfrentando y no está ayudando a nadie, y es algo que incluso ha hecho daño a raperos. Recuerdo que a SFDK les censuraron en un festival porque una frase, que ni siquiera era machista, simplemente era grosera, ofendió a una señorita que fue a un punto de esos verdes o morados de Podemos a decirlo y les dijeron: o salís al escenario a pedir perdón o no volvéis a tocar en este festival, y creo que no salieron, que les censuraron y aun así no tienen los huevos de manifestarse en contra de todo eso, porque les da miedo el qué dirán. Es una cosa que hay que acabar con ella porque lo que está haciendo, independientemente de la parte política, es cargarse el arte. O sea, en España ya no hay arte ni en los cineastas ni en la música quitando a cuatro personas. Como las ayudas están condicionadas a tu mensaje, pues lo que están haciendo es una campaña de propaganda a costa de mi trabajo, del tuyo y del de cualquiera que paga impuestos. Como artista hay que protestar contra cualquier cosa que vaya contra el arte, y como ciudadano creo que también.

¿Fue a partir de tu vuelta de Buenos Aires cuando decidiste cambiar el sentido de tus letras?

Antes de irme a Buenos Aires me daba igual la política, pero igual. Sabía que había uno con barba, otro con bigote, otro sin barba y me daba absolutamente todo igual. Pero allí vi a la gente súper polarizada. Cuando te da exactamente igual la política hay situaciones que no entiendes y recuerdo una. Un chico me fabricaba sudaderas para vender en los conciertos y de repente cortó conmigo toda relación y yo no entendía qué estaba pasando. Y al final me di cuenta de que yo había dicho algo, sin entender de política, que a él le parecía mal porque era muy kirchnerista y yo había dicho en Twitter que me parecía que el kirchnerismo iba contra la libertad. Entonces empecé a investigar, a darme cuenta qué pasaba y qué no pasaba y me pareció increíble.

Además, no se puede ir por la calle, hay mucho crimen. Los que aquí llamamos gorrillas, que allí se llaman trapitos, están en toda la ciudad, es suya. Yo había estado (en Argentina) diez años antes de gira y me había parecido muy bonito y muy agradable aquello y me parecía que después de diez años de kirchnerismo todo se había ido un poco al carajo. Eso estaba destrozado. Entonces, cuando después de ver eso, vengo a España y descubro qué es eso de Podemos, empiezo a pensar un poco. Y tenía amigos de Cuba, de Venezuela que me decían: “Iván, lo que estáis viviendo en España, yo esa peli ya me la sé y no acaba bien”. Ahí es cuando me preocupo. Sigo siendo artista, pero es cierto que es una cosa que me ha nacido y que ha sido un poco natural. Obviamente, aunque a mí la política en principio me interesase menos, viendo toda la situación y viendo que en España la cosa se tuerce y que nacen problemas que no existen, pues uno se preocupa. Supongo que si la situación no estuviera tan mal, quizá en mis letras habría menos reivindicación de eso. A veces pienso que si no hablase de esto me metería en menos problemas, pero otras veces digo joder, creo que si me oye más gente que a la mayoría cuando hablo, es mi obligación, sobre todo dar ejemplo a los artistas que tienen miedo a decir algo que no vaya con lo políticamente correcto. Me siento responsable de que los artistas vean que no pasa nada. No pasa nada por pensar distinto.

Hablemos de las letras de tus canciones. Una de las más polémicas y de las más conocida es ‘Facha’. ¿Tú lo eres?

Yo ya tengo que decir que sí. Si te están acusando de algo y tú te estás defendiendo todo el tiempo, les estás dando poder. ¿Queréis que sea facha? Pues soy facha. O sea, ¿qué puedo decir? Prefiero ser facha que un descerebrado al que están manipulando todo el tiempo. Como digo en la letra de la canción, la palabra se ha desvirtuado tanto que ya no se sabe qué es un facha. ¿Un facha es alguien que está más preocupado por la pensión de su madre que por lo que cobran los menas? Pues entonces soy facha. Si facha es que puedo llevar un día una pulserita con la bandera de España, que es donde vivo, soy facha. Si nos remontamos a lo que significa facha de verdad, no creo que haya prácticamente fachas en España. Si quieren que sea facha, soy facha. Yo no me voy a defender.

Otra de tus canciones es ‘Feminazi’. ¿Se ha convertido el feminismo en una profesión como dices en la letra?

No, porque trabajar no trabajan. Es como una profesión gratis. Es como que lo sectarizan todo y trabajan gratis para la izquierda radical. Les convencen de que son especiales sin haber hecho nada meritorio. ¿Tú qué has hecho en la vida? Yo nada. Yo me he teñido el sobaco de morado, doy voces y de vez en cuando hablo de que me cosifican, pero enseño las tetas en manifestaciones. Ah, pues ya está, eres especial. ¿Cuánto me pagas por hacerte la campaña de publicidad de la izquierda radical? Nada, pero te digo que eres especial y son tan limitados que, por sentirse especial, hacen la campaña a la izquierda radical.

Cuando hablas con un pro LGTB y con una pro feminista, parece que esa es su vida, es como un trabajo pero sin cobrar. O sea, que muy tontos son porque están haciendo la campaña política gratis. Y lo digo: solo por sentirse especial. Haced algo con vuestra vida, algo que no sea un máster en sociología de género que no vale para nada. Haced algo con vuestra vida y, cuando seáis muy buenos en algo, ya no necesitaréis ser muy buenos en el feminismo o ser muy buenos en el colectivismo, que no vale para nada.

Está claro que no te importa decir lo que piensas, ni lo que piensen de ti. Este fin de semana vas a actuar en Viva 22, el evento de VOX. Mucho artistas lo rechazan porque no quieren que se les vincule con el partido, ¿por qué tú sí?

Te voy a ser muy sincero, a nivel egoísta, a mí me interesa que me vean 20.000 personas y también creo que es un sitio donde tengo mucho en común con la gente que va allí. Mis letras no son las típicas letras de los artistas de música urbana y seguro que van a encontrar muchas más simpatías en el VIVA 22 que en un festival típico de metal punky donde va Sociedad Alcohólica. Seguro que en uno de esos festivales acaban tirándome ladrillos al escenario. Creo que hay una compatibilidad entre mi mensaje y el público que va. Yo tengo muy buenos números en Latinoamérica, y en España, por hacer algo complicado en un género que no encaja del todo, para mí es muy importante empezar a tener también repercusión y poder trabajar aquí.

¿Qué cosas crees que tienes en común con los asistentes de Viva22?

No me da tampoco ningún ningún reparo decirlo, creo que el mensaje de VOX y el mío son muy compatibles. Y, ojo, no es que estemos de acuerdo al 100%, pero está a años luz mi compatibilidad con el mensaje de VOX que con cualquiera de los otros partidos, y eso no significa que tenga que estar al 100% de acuerdo con VOX o que a VOX alguna canción mía le pueda parecer que se sale de lo que es su mensaje. Pero, coño, es que eso es normal. Somos personas con cerebro. Si fuéramos 100% iguales seríamos una especie de monigotes sectarios. Te pongo un ejemplo claro, yo no estoy a favor del tema toros, pero es una cosa y supongo que habrá algunas más. Hay muchas más que me parecen más importantes. A mí me parece mucho más positivo que siga existiendo la fiesta taurina, aunque no sea algo que a mí me guste, y que los hombres recuperemos la presunción de inocencia. Hay gente que se encierra en tonterías y no se da cuenta de que otras opciones, aunque les den un caramelo que les hace sentirse especiales, les están quitando derechos.

Yo cada día soy más pro familia. Con la edad, uno se va volviendo más tradicional en ciertos aspectos. Yo soy muy liberal. En la parte económica para mí es muchísimo más importante que te dejen trabajar y que no intenten crear ciudadanos de primera y de segunda. Si están dando ayudas con el dinero de los que trabajan, llega un día en el que los que trabajan dicen: “Mira, paso de dejarme el lomo toda la vida para que me quiten la mitad de lo que gano para dárselo al que no curra”. Lo que están promoviendo es que a la gente se le quiten las ganas de currar. Los que no curran van a currar menos porque ya tienen ayudas, y los que curran se hartan o se van, se va el talento de España. Se van a Portugal y yo lo entiendo, que te vayas y te hagas ciudadano portugués y pongas tu empresa en Estonia. Porque aquí te están destrozando.

La cosa patriota, que es una cosa que yo de pequeño no entendía, ahora sí la entiendo. Si nuestro país es fuerte, todos somos fuertes, nuestra economía es fuerte y podemos acabar con lacras como la delincuencia que se incrementan con otro tipo de políticas. Mira el paraíso multicultural de Barcelona.

Compartes cosas con VOX, pero no todas. Hace unos daños escribiste unas letras que han ofendido a los católicos, también a muchos que te verán este sábado en Viva22. ¿Qué queda del Santaflow que escribió esas cosas?

De ese Santaflow queda muy poco porque uno va evolucionando con los años y, sobre todo, va conociendo gente, va hablando, va leyendo, y entiendo que se hayan sentido ofendidos porque lo que yo decía eran barbaridades que, ahora que tengo amigos cristianos, católicos, a los que aprecio de verdad, entiendo cómo les duele. Para ellos no es que me haya metido con ellos directamente, sino que he ofendido algo que para ellos es sagrado. Entonces es normal que se sientan ofendidos y les quiero pedir perdón por ello. Mi propósito de enmienda no es esta entrevista, que también podría serlo, es todo lo que he escrito después de esa época, en los últimos años y en los últimos discos en los que manifiesto claramente que ahora no soy esa persona.

¿Hay que pasar por el aro para tener éxito?

Sí y no, depende de a lo que llamemos éxito. Si lo que llamamos éxito es ser Rosalía, supongo que sí. Yo me considero muy exitoso, lo digo siempre. No soy un rico de Mercedes, soy un rico de Mondeo, porque no tengo un Mercedes, pero tenemos una casa donde estamos bien. Podemos ir a cenar de vez en cuando con la gente a la que queremos. Y, sobre todo, puedo decir y hacer lo que me dé la gana sin dar explicaciones a nadie. Y eso es ser rico. Yo no cambiaría mi coche por uno tres veces más caro ni mi casa, que está bastante bien, por un chalet en La Moraleja si eso me convirtiese en esclavo. Creo que ser libre es una riqueza increíble. Somos el tiempo que vivimos y si el tiempo que vives estás encabronado y fingiendo, ¿de qué te sirve tener un coche más grande o más caro? Yo me considero exitoso porque no estoy trabajando en la mina, estoy viviendo de la música. Conozco gente que, para llegar a fin de mes, está todo el día trabajando en un bar sin tener muchísima vocación. Yo creo que soy súper rico y súper afortunado, aunque no tenga un Mercedes.

¿Hay algo de lo que te gustaría escribir pero todavía no te hayas atrevido?

No, hay cosas sobre las que me gustaría escribir más. Me gustaría escribir más sobre sentimientos y sobre cosas un poco más universales y ser un poco menos duro en las letras a veces, pero no es porque no me atreva. Quizá es porque no ha llegado el momento. El qué dirán y todo eso me da igual. Quizá porque no me atreva conmigo mismo, pero por miedo al qué dirán no. De hecho todo lo contrario: si hay algo sobre lo que nadie se atreva a escribir porque la gente le va a decir algo, yo voy a ello, incluso forzando la máquina.

¿Qué le falta a Santaflow por conseguir?

Ya no me pongo metas muy a largo plazo. He conseguido llenar salas respetables en México, en Argentina, en Colombia y me gustaría empezar a llenar salas también aquí, donde vivo, en España. Me gustaría llegar a un público distinto que el típico del rap, un público con el que yo me sienta identificado y ellos conmigo. Eso sería una meta a corto medio plazo. Tampoco pido llenar estadios y no en un festival tan grande como en el que voy a tener el honor de participar, el Viva22, donde va a haber probablemente más de 20.000 personas, pero que no van a verme a mí. A mí lo que me gustaría es que vayan 1.000, 1.500 personas u 800 personas a verme a mí. Y para eso estoy trabajando duro, para llegar también al público en España y esa sería un poco mi meta a medio plazo, luego ya iré pensando en otras metas.

Sé que una de tus especialidades son los beefs. Antes has dicho que uno de los motivos por los que hay que protestar es por el Gobierno que tenemos. ¿Te atreves a improvisar uno para Pedro Sánchez?

Ya tenemos uno, en la canción ‘Disidente’, de hecho va a caer en el Viva. Cantar ahora me da un poco de apuro. Yo soy muy tímido, ¿eh? De verdad que me siento más tímido aquí, delante de vosotros, que delante de las 20.000 personas en el Viva. Cuando me pongo la ropa de salir, me meto en el papel, cojo el micrófono, salgo al escenario, suena la instrumental, ahí es cuando cambio. Pero si estamos cenando en una barbacoa y alguien me pide que cante me siento tímido.

Resume entonces en una frase qué le dirías, aunque no la cantes.

Básicamente lo que digo en la canción, que yo soy disidente y que le den al felón del presidente. En realidad digo otra palabra, pero vamos a ser un poco más correctos, vamos a decir felón en vez de la palabra completa que empieza por H.

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