Hoy es 11 de marzo, una fecha que nunca se olvidará. 193 muertos, más de 2.000 heridos… y un cambio de Gobierno imprevisible –según todos los sondeos– fue el balance de los días más trágicos de la historia reciente de España, y en los que se inició la deriva que hoy lleva a algunos medios de comunicación a no tratar de explicar –o contar– la realidad, sino a construir una realidad paralela.
Hace 19 años, jueves, los ataques terroristas en la red de Cercanías de Madrid cambiaron el rumbo de España. Tres días después, el 14 de marzo, se celebraron las primeras elecciones generales que ganó José Luis Rodríguez Zapatero, una victoria que no se explica sin los atentados y sin la ofensiva mediática de aquellos días bajo la premisa «el PP miente».
La cadena SER apuntó –a sabiendas de que era mentira– la posibilidad de la existencia de un terrorista suicida que ratificaba la hipótesis de que el PP, que luego se desentendió de la petición de verdad sobre el 11M, era responsable. «Fuentes de la lucha antiterrorista han apuntado a esta cadena de emisoras la posibilidad de que al menos un terrorista suicida se haya inmolado en uno de los trenes. Sin embargo, tanto el Ministerio del Interior como el portavoz del Gobierno han negado esta información al menos por el momento», manifestó Iñaki Gabilondo en la SER.
«Las fuentes consultadas por la SER confirman que una persona llevaba tres capas de ropa interior y estaba afeita, una práctica habitual, muy habitual, entre los comandos suicidas islámicos antes de inmolarse», añadió un locutor de la cadena. Años después, en 2010, Gabilondo reconoció el «error». «Esa noticia fue dada en el programa que yo dirigía y, por tanto, asumí y asumo toda la responsabilidad. La noticia fue un error. Nuestro redactor dio fiabilidad a una fuente que consideraba solvente», declaró.
El sábado, 13 de marzo, el programa deportivo de la SER, Carrusel Deportivo, «se politizó excesivamente», según señaló Pepe Domingo Castaño en 2010. «A mí me hubiera gustado haber expresado mi opinión sobre lo que estaba ocurriendo (…). En plena jornada de reflexión, nos cortaron el Carrusel y montaron un especial informativo en el horario habitual del deporte», agregó en un reportaje publicado por la Revista Líbero.
Paco González, director del programa alentó al voto contra el Gobierno del PP –sin citarlo– en plena jornada de reflexión: «Aquí estamos, en esta jornada de reflexión. Reflexión doble, porque hay que votar mañana y por lo sucedido antes de ayer (…). Prefiero no decir nada de lo ocurrido el jueves, porque (…) echaría más gasolina al fuego (…). Mañana hay elecciones y… yo que soy ateo en política, pero extraordinariamente ateo en política, voy a ir a votar (…). No todos los políticos son iguales y, cuando menos, hay políticos menos malos que otros y hay políticos que nos mienten». Posteriormente, dio paso a la información del asedio a la sede del PP en la calle Génova. «¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13-M, a las 18h. Sede PP, c/Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!», decía el SMS desde el que se organizó la protesta. En 2014, el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, presente en el asedio, afirmó que el mensaje «se gestó» en su facultad.
Aquella tarde Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) salió a decir aquello de «los ciudadanos españoles merecen un Gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad», una verdad que medios como la SER no respetaron aquellos días –ni en jornada de reflexión– y en los que inició una deriva que lleva hoy a los medios a imponer, por ejemplo, una gran –y en el caso de las televisiones públicas ilegal– desproporción entre los minutos aparecidos en televisión y la representación política en el Congreso, a censurar noticias, a engrandecer anécdotas o a –en definitiva– orientar, como aquellos días de marzo de 2004, el voto de los electores.
