Los presidentes del partido de derecha soberanista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel y Tino Chrupalla, han descrito como un «golpe para la democracia» la decisión de los servicios de Inteligencia alemanes de designar a la formación como «organización extremista» y abrir así la puerta a su ilegalización.
Así, han restado legitimidad a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV): «Al Gobierno federal le quedan solo cuatro días y la agencia de Inteligencia ni siquiera tiene presidente», han señalado en un comunicado.
El presidente de VOX, Santiago Abascal, se ha sumado a quienes han condenado la decisión: «Pretenden ilegalizar al que ya es primer partido de Alemania. Hace muchas décadas que la democracia en Europa no estaba tan amenazada. Si denunciar la inmigración masiva, la dictadura woke o el expolio fiscal es causa de ilegalización… van a tener que ilegalizar a la gran mayoría de los europeos», ha manifestado.
En la misma línea, el jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, manifestó su rechazo. En toda Europa. El sistema del bipartidismo, socialdemócrata y globalista se revuelve y busca censurar y aniquilar. Prueba de su derrota ideológica. En Rumanía, en Francia, en Alemania o en España sancionando con el TCu (Tribunal de Cuentas) por vender pulseras, «pins” o bolígrafos y pegatinas».