El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha eludido tildar a Nicolás Maduro de dictador pese a que el Gobierno no reconoce su reelección como presidente de Venezuela. En una entrevista, el ministro ha reivindicado que la posición de España ha sido «muy clara», primero exigiendo las actas electorales y luego no dando legitimidad al «supuesto resultado».
Ahora, lo que España quiere, ha incidido, es «una solución dialogada, política, que haga avanzar la democracia en Venezuela y la voluntad de los venezolanos, que sea genuinamente venezolana y por supuesto pacífica». En cambio, preguntado sobre si comparte con el presidente chileno, Gabriel Boric, y también con la ministra de Sanidad, Mónica García, que Maduro es un dictador, Albares se ha limitado a responder que el Gobierno lo que quiere «es unir a los venezolanos» y ayudarles en esa solución dialogada y «no importar la división».
Así las cosas, ha ratificado que mantiene contactos tanto con el régimen de Maduro como con la posición, asegurando que Edmundo González, a quien el Gobierno no ha querido reconocer como presidente electo como sí han hecho Italia o Estados Unidos, goza de libertad para entrar y salir de España, donde se le ha concedido asilo.