«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Apoyar a las Víctimas del Terrorismo

Concentración en apoyo a las Víctimas del Terrorismo. Europa Press

Se celebró la esta semana en Madrid un Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo promovido por la Comunidad de Madrid y por el CEU en el que participaron víctimas, expertos de las fuerzas de seguridad, analistas, dirigentes de organizaciones de apoyo a víctimas y también políticos, aunque no de todos los partidos.

A lo largo de un día y medio se escucharon ideas, mensajes y algunas consignas. Las víctimas participantes coincidieron, todas ellas, en la reclamación de justicia y en la percepción de sentirse arrinconadas en el ámbito público e institucional. Saben que molestan en el proceso de legitimación del entorno ideológico del terrorismo de ETA y en la integración social de los asesinos, y les sorprende que a ellos se les plantee como una opción que perdonen a los que mataron a sus familiares, lo que traslada la idea de que no deben alimentar el rencor o la venganza y de que la petición de justicia es algo extemporáneo, fuera de tiempo y de lugar. 

Fue llamativa la insistencia por parte de algunos en recalcar que el Estado ha derrotado a ETA. Este mensaje se repitió reiteradamente, probablemente con el objetivo de que nadie lo cuestione, de que sea aceptado como un hecho irrefutable en contraste con la ausencia de cualquier mención a la negociación, a las cesiones, a los pactos que hicieron posible la legalización de ETA, a los acuerdos oscuros que están vaciando las cárceles de criminales sanguinarios. De eso, que ha conducido al proceso de olvido e impunidad en que nos encontramos, ni una palabra. 

Esa deuda de honor es la que explica el espíritu de sacrificio y abnegación de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado

Fue curioso comprobar que los intervinientes que, de algún modo, forman parte de las instituciones, fueron quienes con más ahínco defendieron la tesis de la derrota, de la victoria sin contraprestaciones. Mientras los que participaron desde su independencia personal, sí denunciaron la situación a la que se nos ha abocado, en la que el nacionalismo es el dueño absoluto del País Vasco, los terroristas están en la calle e incluso algunos de ellos dirigiendo el partido que les han legalizado y que es cada vez más fuerte en las instituciones. 

En este Congreso se habló del terrorismo de ETA en pasado, como si fuese algo lejano, una página de la historia cerrada y bien cerrada, sin ninguna relación con que hoy los dirigentes del partido de ETA suban a la Tribuna del Congreso y aparezcan en los informativos para sentar cátedra y mostrar su miseria moral; ni con que su legalización tras la negociación haya hecho posible que estén condicionando la gobernabilidad de España. Aunque también se han escuchado testimonios que han denunciado las fallas cometidas, la renuncia a la victoria moral, a la reivindicación de la verdad, al señalamiento de las complicidades.

Es imprescindible (…) trabajar por la verdadera derrota de esa organización criminal en todos los ámbitos, el social, el político, el judicial y el moral, sumando esfuerzos y voluntades, con perseverancia, firmeza y determinación

Algunos momentos del Congreso fueron especialmente emotivos. En particular la declaración de un militar acerca de cómo para los miembros del Ejército cada asesinato ha sido un acicate, una deuda moral para con los caídos que les ha estimulado a lo largo del tiempo en su combate contra el terrorismo. Esa deuda de honor es la que explica el espíritu de sacrificio y abnegación de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los que debemos un agradecimiento infinito. También fue tremendamente emocionante la mención de la presidente de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, al magistrado del Tribunal Supremo José Francisco Mateu y a su hijo Ignacio, ambos asesinados por ETA en diferentes atentados y después de que el hijo se incorporase a la Guardia Civil para combatir al terrorismo que había matado a su padre. Y, para mí lo fue que recordase a mi madre Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, en el séptimo aniversario de su pérdida. Fue el de Díaz Ayuso un discurso valiente y directo, sin claroscuros, ambigüedades u omisiones que, lamentablemente, no es unánime en su partido.

Como conclusión, cabe decir que todas las iniciativas cuyo objetivo sea mantener vivo el simbolismo de las víctimas del terrorismo y promover la derrota real del terrorismo a través de su deslegitimación y de la aplicación de la justicia son positivas y necesarias. Y si para ello se cuenta con todos los que están comprometidos inequívocamente en este noble e irrenunciable objetivo, será más fácil lograrlo. Es imprescindible poner siempre por delante de cualquier otro interés la defensa del significado profundo de las víctimas del terrorismo como baluarte de la defensa de la unidad de España y trabajar por la verdadera derrota de esa organización criminal en todos los ámbitos, el social, el político, el judicial y el moral, sumando esfuerzos y voluntades, con perseverancia, firmeza y determinación. Se lo debemos a ellos, nos lo debemos a nosotros mismos.

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