El barrio de El Príncipe, en la ciudad autónoma de Ceuta, es el más peligroso de España. Cuenta con centenares de construcciones ilegales que se amontonan de forma laberíntica con un mismo (y sencillo) modus operandi: los clanes eligen un pequeño terreno de la barriada, colocan unas chapas o planchas de uralita y comienzan a construir. Hay viviendas de uno, dos, tres y cuatro pisos, y todo sin licencias, sin control y sin ordenamiento urbano.
El número de personas que vive en El Príncipe, la práctica totalidad es de origen marroquí, se desconoce, aunque hay quien estima que son más de 30.000. Muchos de ellos, eso sí, cuentan con la nacionalidad española, concedida tras décadas de tibieza y connivencia en la ciudad con la inmigración.
Es preciso señalar que la Policía solo entra con dispositivos especiales y cuando lo hace a los agentes les llueven piedras, disparos y hasta bombonas de butano. En El Príncipe abunda la delincuencia y la inseguridad. Hace menos de un mes, un militar de Los Regulares fue asesinado al recibir «múltiples disparos».
Además, son frecuentes las investigaciones por parte de agentes policiales de crímenes con armas de fuego en la zona por ajustes de cuentas o tráfico de hachís, y en los últimos años han sido varios los detenidos por difundir propaganda islamista e inculcar la yihad.
