Hace apenas unos días se han dado a conocer los datos de nacimientos en el Principado de Asturias durante el año 2023. Divulgados por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), las cifras arrojan una conclusión muy preocupante: en más de media región asturiana apenas se ha llegado a un nacimiento al mes de media durante todo un año; y dentro de esos municipios con bajísima natalidad, ocho de ellos se han quedado sin contabilizar ni un solo parto. Algo que nunca antes había pasado desde que hay registros en el Principado.
Estos son, sin duda, los peores registros de la historia estadística en Asturias. La comunidad autónoma contabilizó en 2023 un total de 4.587 nacimientos, con una media decreciente que ni siquiera llega a los dos partos cada hora. La región tiene 78 concejos y en 42 de ellos, la gran mayoría del oriente interior y del occidente, el número en todo el año tan sólo fue de 92 partos. Es decir, ni siquiera un nacimiento al mes, sobre todo teniendo en cuenta que en ocho de esos 42 concejos no nació ningún niño.
Grandas de Salime, Illano, Pesoz, San Martín de Oscos, Peñamellera Alta, Caravia, Yernes y Tameza y Sariego son los pueblos que se quedaron a cero. Además, hay dos casos especialmente alarmantes: el de Pesoz, cuyo último nacimiento es de 2018, y el de Yernes y Tameza, municipio que en lo que va de siglo XXI tan sólo lleva seis nacimientos. En cuanto a las grandes ciudades, Oviedo, con 1.518, ha registrado más nacimientos que Gijón, que se quedó en 1.234.
El progresivo descenso en el número de nacimientos en Asturias comenzó a producirse de forma más acentuada en 2008 y no ha frenado hasta la actualidad, sin que los sucesivos gobiernos socialistas hayan podido revertir la tendencia aplicando algún tipo de políticas destinadas a potenciar la natalidad.
En cualquier caso, Asturias no ha bajado del millón de habitantes en 2023, como vaticinaban algunos expertos en demografía. El motivo, sin embargo, no son sus decrecientes nacimientos, sino la desorbitada inmigración. Esos mismos expertos advierten que este aumento es podría ser «coyuntural» y que el futuro de Asturias no pasa por seguir recibiendo inmigración sino en apostar por las políticas de natalidad y defender las familias y la vida.
