En una de cada cuatro familias españolas se consumió por primera vez ansiolíticos en el último año 2022 (25,2%), casi siete puntos más que en 2021 (18,5%), según el XII Barómetro de las Familias en España de The Family Watch.
El informe, realizado por la empresa GAD3 mediante una encuesta online a 1.002 hogares de España, muestra que «tras estos años de pandemia y declive económico, las familias españolas comienzan a sentir su impacto, desde el punto de vista psicológico, en la incertidumbre e inestabilidad».
Además, de los datos se desprende que la situación afecta especialmente a las familias con hijos menores a cargo, en las que el porcentaje de aquellas que han consumido por primera vez algún ansiolítico aumenta hasta el 28%, tres puntos más que la media.
Otros resultados «preocupantes», según los autores del estudio, son que más de la mitad de los entrevistados reconoce que, ellos mismos o alguien de su entorno, ha sufrido preocupación (77%), irritabilidad (61%), alteración del sueño (57%) o angustia (54%) durante el último año.
En cuanto a las causas de este «deterioro» de la salud mental, en los adultos, destacan las dificultades económicas (70%), el sentimiento de soledad (46%), la incertidumbre en general (43%) y la sensación de soledad (39%).
«El significativo deterioro de la salud mental y el incremento de las cifras de los problemas psicológicos, demuestran que las familias necesitan estabilidad, que se las ayude y fortalezca y por tanto alejarlas de la incertidumbre y los vaivenes ideológicos o políticos», ha valorado la directora general de la Fundación The Family Watch, María José Olesti.
Según el estudio, la incertidumbre e inestabilidad afectan a la hora de formar una familia y, en este sentido, más del 80% de los encuestados considera que actualmente existen más dificultades para formar una familia que en generaciones anteriores.