El pasado lunes una primera embarcación con un total de 18 subsaharianos a bordo fue detectada al sur de Gran Canaria. A partir de entonces, casi una decena de embarcaciones han llegado en los últimos días, saturando de nuevo servicios de emergencia y los diferentes dispositivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegados en las islas.
Canarias ya supera los 4.000 inmigrantes ilegales en lo que va de año, datos que vuelven a situar al archipiélago como la región española más azotada —ha recibido más del 50% de toda la inmigración ilegal registrada a nivel nacional—.
Cómo viene siendo habitual desde hace algo más de un año, casi la totalidad de las embarcaciones llegadas a las islas esta semana han partido desde costas marroquíes o áreas saharianas tuteladas por el régimen alauí.
Según estadísticas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Canarias ya supera en datos relativos a inmigración ilegal a países como Chipre y Malta, y se sitúa muy cerca de las cifras registradas en Grecia, que en lo que va de año ha recibido un total de 5.376 inmigrantes por la vía de la ilegalidad.