«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Baño de realidad y críticas al Gobierno por la gestión del Open Arms

Llegada de inmigrantes

Mientras el Gobierno de Sánchez trata de justificar el cambio exprés en su política migratoria, arrecian las críticas. Ni las autoridades de Algeciras ni las ONGs están contentos con la gestión del Ejecutivo. Baño de realidad…

El Gobierno subrayaba este jueves ante las críticas por la distinta acogida de los inmigrantes del Aquarius y del Open Arms, que en el primer caso, ofreció un puerto seguro ante una situación excepcional, y que ahora se trata de un buque de bandera española que ha hecho un rescate, como los de Salvamento Marítimo.
Según han explicado a Efe fuentes de Vicepresidencia del Gobierno, al buque Open Arms, con bandera española y que tiene puerto seguro en territorio español, el Mando Único de Coordinación le autorizó el desembarco en Algeciras, porque tiene ya dispositivos preparados para la acogida de los migrantes.

La justificación del Gobierno

Sin embargo, en el caso del Aquarius el Gobierno tuvo que montar un dispositivo especial y ante una situación de crisis humanitaria para recibir a las 629 personas que habían sido rescatadas ocho días antes en aguas libias, después de permanecer varados en alta mar a la espera de que algún estado autorizara su desembarco.
«Ante esa situación, el Gobierno español ofreció un puerto seguro» para que se pudiera atender a esas personas en «situaciones complicadas», algunas con problemas médicos, y se montó un «dispositivo extraordinario para atender con todas las garantías» a esas personas.
Los 87 inmigrantes africanos del buque Open Arms, entre los que hay doce menores, seis de ellos no acompañados, desembarcaban este jueves en el muelle de Crinavis del puerto de Algeciras tras ser rescatados frente a las costas de Libia el jueves de la semana pasada.
Las mismas fuentes han detallado que a los rescatados por el buque español se les aplica lo previsto en los protocolos de rescate de patrulleras en el mar.
El Gobierno ha creado un mando único operativo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), bajo el mando de un general de la Guardia Civil, para centralizar y coordinar las actuaciones de control de inmigración en la frontera y el Estrecho.

Las críticas del Open Arms

Mientras, desde la ONG Proactiva Open Arms, denuncian el incumplimiento de las normas internacionales en rescates de inmigrantes en el Mediterráneo que establecen que los náufragos y personas rescatadas en situaciones que hayan puesto en peligro su vida sean trasladados a un puerto seguro en el menor tiempo posible.
Así se pronunciaba tras el desembarco de los inmigrantes el jefe de operaciones de Open Arms, Ricardo Gatti, que añadía que, si en vez de inmigrantes africanos indocumentados se tratara de náufragos de veleros, cruceros o ferrys no se procedería del mismo modo y se les facilitaría el transporte al puerto seguro más próximo.
Por este motivo la ONG ha denunciado en un juzgado de Palma de Mallorca a los guardacostas libios y al mercante Triades, de bandera gibraltareña, a los que acusa de haber abandonado a las tres personas –dos ya cadáveres y una mujer– a las que rescató también frente a Libia el 16 de julio.
En aquel caso pudieron desembarcar en Palma a la mujer y a los dos cadáveres –uno de un menor que llevaba muy poco tiempo muerto, según certificó un médico de la ONG– que, según Open Arms, fueron abandonados por los guardacostas y el mercante denunciados.
El coordinador de Operaciones de la ONG, Gerard Canals, al ser preguntado por la designación del puerto de Algeciras para su desembarque, en vez de otros más próximos, ha señalado que la denuncia judicial «no es la forma más adecuada de tratar con las autoridades», en alusión al caso español e italiano.

A por más

Canals ha asegurado que «tiene sentido seguir y seguiremos igual», ya que el Open Arms partirá mañana con rumbo a Barcelona para cambiar de tripulación, someterse a una revisión y volver a tratar de rescatar personas frente a las costas de Libia.
Gatti ha lamentado que para estas labores de rescate «las dificultades se estén haciendo grandes» y ha puesto como ejemplo los casos de Libia y Malta, donde el Open Arms se dirigió hace unas semanas para dejar a uno de sus 17 tripulantes –una mujer que había enfermado y precisaba asistencia– y se les envió una embarcación para recogerla en alta mar, ya que la ONG tiene vedado atracar en sus puertos.
Igualmente ha asegurado que a los puertos italianos ni se acercan porque temen represalias, ya que este Gobierno, han asegurado, ha tratado de desprestigiarles incluso acusándolos de inventarse rescates, como el del día 16 de julio.

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