Un año después de ser elegido presidente del Partido Popular, Pablo Casado ha abordado la primera remodelación interna y ha hecho una cúpula del PP a su medida, libre ya de los peajes y las cuotas que pagó al hacerse con el liderazgo.
Una dirección con cambios de calado pero también simbólicos -pensando sobre todo en el debate territorial-, y que viene acompañada de los nombramientos de los portavoces parlamentarios.
Las quinielas parlamentarias se han cumplido, y Casado ha nombrado a Cayetana Álvarez de Toledo portavoz en el Congreso y a Javier Maroto portavoz en el Senado.
Frente a quienes colocan a Álvarez de Toledo en el ala dura del PP o recuerdan su reciente pasado muy crítico con el partido, Casado ha defendido el perfil «moderado y centrista» de la nueva portavoz, aunque también sus posiciones «firmes» en el debate político.
Tampoco ha estado exenta de polémica la elección de Maroto por su designación como senador de Castilla y León, pero Casado ha considerado «injusto»este debate por preguntar a un político «de dónde viene o cuáles son sus apellidos». Pese al empadronamiento exprés y muy sospechoso de Maroto en Segovia, esto es un fraude de ley en toda regla.
El líder del PP ha puesto en valor en cualquier caso todos los nuevos nombramientos anunciados hoy para su nueva cúpula, entre los que ha habido más de una sorpresa.
Porque en el nuevo Comité de Dirección entra directa como número tres del partido -vicesecretaria de Organización en sustitución de Maroto- la presidenta del PP navarro, Ana Beltrán.
Además, el madrileño Antonio González Terol asume la Vicesecretaría Territorial, que hasta ahora llevaba Vicente Tirado, hombre de confianza de la ex secretaria general del partido y valedora de Casado en la segunda fase de las primarias, María Dolores de Cospedal.
Tirado no es el único del equipo de Cospedal que sale de la dirección, porque también lo hace Juan Ignacio Zoido, hasta ahora presidente del Comité Electoral. En su lugar Casado ha colocado a otra de sus más directas colaboradoras, Belén Hoyo.
Y Andrea Levy ya no será vicesecretaria de Estudios y Programas -área que desaparece- pero seguirá en la cúpula como presidenta del Comité de Derechos y Garantías del partido, sustituyendo a Rafael Hernando, que también sale de la cúpula.
De la cúpula sale también Rafael Hernando, hasta ahora presidente del Comité de Derechos y Garantías, cargo que Casado ha dado a Andrea Levy.
En el nuevo Comité de Dirección hay otros estrenos como el del periodista Pablo Montesinos, fichaje estrella en la campaña y diputado por Málaga, a quien Casado ha nombrado vicesecretario de Comunicación en sustitución de la gallega Marta González.
Aunque sale González entra otro gallego Jaime de Olano, como vicesecretario de una nueva área, Participación.
Estos son los principales cambios de la nueva dirección del PP. En el entorno de Casado aseguran que el líder ha diseñado un equipo en el que «caben todos» y lo ha hecho «escuchando a todos».
El propio Casado, además, ha recalcado que las personas elegidas lo son por su experiencia en gestión, sus perfiles profesionales y su compromiso con el partido.
Ha admitido, eso sí, que el debate territorial ha impregnado buena parte de sus decisiones.
Porque el hecho de que la nueva portavoz del Congreso sea la diputada por Barcelona y fundadora de «Libres e iguales», o que el portavoz del Senado sea exalcalde de Vitoria «perseguido muchos años» por el terrorismo etarra, o que la vicesecretaria de Organización sea presidenta del PP navarro «da una pista de por dónde va a ir esta legislatura en materia territorial», ha dicho.
Pablo Casado ha insistido en que ha diseñado un equipo para liderar la oposición, pero también que estará preparado para lo que llegue, incluidas unas nuevas elecciones.
Ha recordado así la famosa frase de Pablo Picasso, «Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando», para señalar que pase lo que pase pillará al PP listo y haciendo su trabajo.
El presidente del PP ha asegurado tener la «conciencia muy tranquila» por el hecho de que no se haya formado aún Gobierno, porque eso es responsabilidad de Pedro Sánchez y no de su partido.
Ha defendido así el «sentido de Estado» que en su opinión, demuestra su partido, ofreciendo diálogo y pactos, mientras la izquierda «se pelea» por los cargos, pero ha reiterado también que su partido no va a abstenerse para facilitar la investidura de Sánchez, y mucho menos tras el pacto en Navarra donde los socialistas van a gobernar gracias a la abstención de Bildu.
Por otra parte, Casado ha recordado su objetivo de aglutinar a todo el centroderecha en torno a su partido.
Lo ha hecho cuando al apuntar que si hubiera repetición electoral habría que estudiar «cómo optimizar el electorado de centroderecha», aunque después, a preguntas de los periodistas, no ha querido entrar a valorar la posibilidad de pactos preelectorales en España similares al que ha habido en Navarra con la coalición Navarra Suma.
«España Suma es el PP«, ha dicho Casado, quien ha recordado que su propósito es que vuelva a su partido quienes se fueron a Vox o Cs o incluso «socialdemócratas enfadados» con el PSOE.