Cientos de agricultores se han manifestado este miércoles frente al Ministerio de Agricultura para exigir la dimisión de Pedro Sánchez y denunciar la sumisión de España al Pacto Verde Europeo, que —según los convocantes— está hundiendo al campo, y especialmente al sector cerealista. Procedentes de regiones con fuerte peso agrícola como Castilla y León, Castilla-La Mancha o Aragón, los manifestantes han alzado la voz contra una política agraria que, a su juicio, les aboca a la ruina.
La movilización ha sido organizada por las principales asociaciones del campo —Asaja, COAG y UPA—, que han advertido que esta protesta podría ser sólo el principio de una oleada de acciones más contundentes si no se adoptan medidas urgentes. Entre las pancartas que portaban los asistentes se podían leer consignas como «Precios por los suelos, costes por las nubes», reflejando el sentir generalizado de un sector que ve cómo sus márgenes desaparecen a pesar de una cosecha excepcional.
Para dar visibilidad al problema, los agricultores han depositado frente a las puertas del Ministerio sacos de grano y fertilizantes, denunciando la dimensión internacional de la crisis que atraviesan. «Esto no es rentable ni con buena cosecha», ha afirmado el presidente de Asaja, Pedro Barato, quien considera que las importaciones masivas y los elevados costes de insumos están destruyendo el cultivo de cereal.
Barato ha cargado con dureza contra la reciente imposición de aranceles al fertilizante ruso por parte de la Unión Europea, calificándola de «burla» para los productores. «¿Por qué no se gravan entonces las importaciones de gas natural, si es con lo que se fabrica el fertilizante europeo?», se ha preguntado, apuntando a lo que considera una política agraria incoherente que beneficia a las grandes multinacionales.
El portavoz de COAG para cultivos herbáceos, Javier Fatás, ha estimado que, con los precios actuales, los agricultores están perdiendo alrededor de 50 euros por tonelada recolectada, lo que podría traducirse en unas pérdidas conjuntas de 1.000 millones de euros. Pese a que la producción de este año se prevé alta —con una cosecha nacional cercana a los 19,5 millones de toneladas—, los cerealistas denuncian que los ingresos no cubrirán ni los costes mínimos.
Desde UPA, su secretario de Agricultura, Ignacio Huertas, ha subrayado que los agricultores están pagando el precio de las tensiones internacionales, en especial de la guerra en Ucrania. La entrada masiva de grano procedente de ese país y de Marruecos, que se ha multiplicado, ha contribuido a hundir los precios del cereal en Europa, dejando a miles de productores al borde del colapso económico.
Los manifestantes han reclamado al Gobierno que revise el acuerdo comercial con Ucrania y que se establezcan cupos de entrada para el trigo y la cebada, con el fin de proteger al agricultor europeo. Además, han solicitado la activación inmediata de un plan de ayudas específicas para el sector cerealista, que consideran en riesgo de desaparición. Por último, no han dudado en exigir la dimisión de Pedro Sánchez.