“La seguridad en los barrios más violentos de Barcelona sólo se puede restablecer con la actuación de los antidisturbios”, han manifestado agentes de la Policía Nacional consultados por La Gaceta.
“La seguridad en los barrios más violentos de Barcelona sólo se puede restablecer con la actuación de los antidisturbios”. Así de contundentes se han manifestado fuentes policiales consultadas por La Gaceta después de que la Guardia Urbana de Barcelona haya detenido a dos personas con antecedentes por delitos de tráfico de drogas que este martes se pelearon en el barrio de El Raval. Uno de ellos iba armado con un machete de grandes dimensiones y el otro, con una navaja.
Y es que la violencia ha tomado las calles de Barcelona ante la pasividad de Ada Colau. La alcaldesa no sólo se niega a reconocer la espiral de incidentes, sino que además fue la responsable de la eliminación de la Unidad de Soporte Policial (USP) -conocida como antidisturbios-, la cual sustituyó por la nueva Unidad de Refuerzo a la Proximidad y Emergencias (URPE) para contentar así a la CUP. La supresión de la USP era una de las diez exigencias de la formación antisistema para apoyar la modificación presupuestaria de Colau.
La regidora aseguraba entonces, en mayo de 2016, que la URPE asumiría parte de las labores de la USP pero no haría funciones de antidisturbios, sino que “concentrará su trabajo en la gestión de emergencias, la protección del medio ambiente y el desarrollo de tareas administrativas en apoyo del barrio y del distrito”.
El Plan Director de la Guardia Urbana recogía que cada uno de los 73 barrios de Barcelona tendrían un agente del Cuerpo de referencia, “el Policía de Barrio”. Este agente, destacaba Colau, sería “el interlocutor referente de la Guardia Urbana con el tejido asociativo vecinal para las cuestiones de seguridad y convivencia en cada barrio”.
Pero, a la vista de los hechos, la “Policía de proximidad” ideada por Barcelona en Común ha resultado ser un fracaso. Ha quedado demostrado -una vez más- la necesidad de la existencia de la unidad antidisturbios. Vecinos de El Raval han relatado este miércoles en El Programa de Ana Rosa la realidad a la que se enfrentan cada día. “Tenemos miedo. Paso con mi hijo cada día por esta calle y está llena de drogadictos y peleas”, dice una señora. Otro vecino que lleva más de 20 años viviendo en la zona en la que se ha vivido la escalofriante pelea con machetes ha denunciado además la incapacidad del Ayuntamiento para desmantelar los narcopisos. “No nos escucha nadie… Antes éramos un barrio familiar y ahora nos da miedo que nuestros hijos bajen a la calle a comprar el pan”, ha manifestado.
Las fuentes consultadas por La Gaceta señalan a la alcaldesa de Barcelona y le recuerdan que “hay determinadas zonas que son muy peligrosas y en las que no se puede combatir la violencia con simples radiopatrullas”. “Son necesarios los antidisturbios, que están mucho más cualificados en medios y en personal y que estableciendo puntos fijos en El Raval pueden prevenir estas actuaciones violentas con mucha más eficacia”, han señalado los agentes, que tienen claro que “este problema social de exceso de violencia se podría solucionar si no se hubiera suprimido la USP”.
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