«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Introdujo ilegalmente en territorio español a al menos 45 inmigrantes ilegales

Desarticulada en Melilla una red criminal que cobraba hasta 13.000 euros a cada inmigrante embarcado con destino a costas españolas

Inmigrantes dentro del hotspot de Lampedusa. Europa Press

Una operación de la Policía Nacional, en colaboración con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, ha permitido desmantelar este mes de mayo a una organización criminal dedicada al tráfico de inmigrantes ilegales de origen marroquí desde la costa de Marruecos hacia Melilla y las costas de Andalucía. Según fuentes policiales consultadas por LA GACETA, la red, asentada en Melilla y Marruecos, cobraba entre 12.000 y 13.000 euros a cada inmigrante por el traslado en embarcaciones.

La investigación, liderada por la Unidad Contra Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (UCRIF) de la Policía Nacional y tutelada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Melilla, comenzó en marzo de 2024 y sigue abierta. En este tiempo, se ha constatado que la organización introdujo ilegalmente en territorio español a al menos 45 inmigrantes ilegales —aunque se investigan más trayectos—, generando unos beneficios estimados que superan los 550.000 euros, según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Melilla en un comunicado.

Fuentes de la Policía Nacional destacan que los traficantes, dedicados algunos a la distribución de estupefacientes, han encontrado en la inmigración ilegal un negocio más lucrativo y con menos riesgos que el narcotráfico. Para sus operaciones, la red empleaba embarcaciones de recreo de pequeñas dimensiones y naves nodriza, muchas de ellas registradas a nombre de testaferros para dificultar el rastreo de los responsables. En total, se han identificado cinco embarcaciones utilizadas en tres hechos delictivos concretos, según fuentes policiales consultadas por LA GACETA.

La organización, estructurada en cuatro niveles jerárquicos, incluía a los organizadores en el escalón superior, seguidos por los encargados de la logística, los pilotos de las embarcaciones y, en el último nivel, los testaferros. Además, realizaban tareas de petaqueo, el suministro de combustible y víveres a las naves nodriza que esperaban en alta mar durante días.

Según ha detallado la Policía Nacional, la red recogía a los inmigrantes en un punto concreto de la costa marroquí y los trasladaba a suelo español, adaptando su modus operandi a las circunstancias. En algunos casos, los llevaban a una playa de Melilla y quemaban la embarcación para eliminar pruebas. En otros, los trasladaban a las costas andaluzas, como Motril (Granada), donde incluso alertaban a Salvamento Marítimo para simular un rescate. Fuentes policiales consultadas por este medio también han señalado un caso en el que la red usó una zodiac para recoger a los inmigrantes en alta mar y dejarlos en pequeños grupos en la zona del Cabo de Gata (Almería), con el objetivo de eludir el control policial.

Este tipo de circunstancias está generando un nuevo efecto llamada sobre la ciudad autónoma de Melilla, donde se registra un goteo incesante de llegadas por la vía de la ilegalidad a través del vallado fronterizo, una ruta que está pasando desapercibida. Según los últimos balances del Ministerio del Interior, las llegadas ilegales a Melilla se han disparado más de un 400 por ciento con respecto al año pasado, pasando de 11 inmigrantes contabilizados a 15 de mayo de 2024 a 56 en la misma fecha de 2025.

La operación ha resultado en la detención de trece personas: once en Melilla y dos en Málaga. Además, las autoridades marroquíes arrestaron in situ a dos miembros de la red. La Policía Nacional ha intervenido varios terminales móviles que están siendo analizados, sin descartar la incautación de más medios materiales. La investigación continúa abierta para identificar a más implicados y desentrañar todas las ramificaciones de esta red.

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