Un hombre de 44 años y origen hispanoamericano ha sido detenido por agredir a un vigilante de seguridad con un arma blanca en la céntrica calle Aribau de Barcelona. Todo comenzó alrededor de las 05.00 horas de ayer domingo en la discoteca Barrokos, de donde el hombre fue expulsado tras un altercado con los guardias. El motivo de su expulsión fue haber intentado realizar tocamientos indebidos a una de las clientas del local, lo que provocó que los vigilantes intervinieran para echarlo.
Ya fuera del establecimiento, el hombre, visiblemente alterado, amenazó a los guardias con volver. Pese a haberse marchado inicialmente, cumplió su amenaza poco después, regresando armado con un cuchillo de gran tamaño. En ese momento, atacó a uno de los vigilantes, quien sufrió heridas leves en el brazo debido a cortes superficiales que se cree que fueron producto de defenderse del agresor, tal y como adelanta ElCaso.com.
Tras el ataque, el hombre huyó de la escena, pero fue detenido poco tiempo después gracias a la intervención conjunta de los mismos guardias de seguridad y agentes de los Mossos d’Esquadra. El atacante también resultó herido, aparentemente al caer mientras intentaba escapar, sufriendo un corte profundo con el mismo cuchillo que llevaba. Además, presentaba otras lesiones, como la fractura de la nariz, probablemente causadas durante el enfrentamiento con los vigilantes.
El detenido fue trasladado bajo custodia policial al Hospital Clínic, situado cerca del lugar de los hechos, donde permanece vigilado por los Mossos d’Esquadra. Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer los detalles del suceso, con las grabaciones de las cámaras de seguridad del local como pieza clave para esclarecer lo ocurrido.
Este ataque se enmarca en el contexto del reciente plan de acción contra las armas blancas implementado por los Mossos. El pasado jueves se lanzó el operativo Daga, reforzado para combatir el aumento del uso de armas en la vía pública. Sólo la noche del viernes, los controles realizados en Barcelona permitieron decomisar 40 armas, y más de 130 en todo el territorio catalán. Durante la noche del sábado, se repitieron estos controles de saturación en puntos estratégicos, buscando reducir la creciente presencia de armas blancas en las calles debido a cambios sociales recientes.