Aunque los empresarios catalanes no paran de repetir que Cataluña es una región llena de oportunidades para las grandes compañías, los datos demuestran lo contrario. Desde el golpe de Estado del 1 de octubre de 2017 miles de empresas han abandonado el suelo catalán, buscando regiones con mayor fiabilidad económica y estabilidad política.
La Cámara de Comercio de Barcelona, presidida por Josep Santacreu, y la patronal catalana, capitaneada por Josep Sánchez Llibre, pretenden que todas las empresas fugadas vuelvan a Cataluña. Los datos publicados por los registradores, sin embargo, apuntan todo lo contrario: cada día se escapan de Cataluña más de dos empresas.
Desde el mes de enero hasta septiembre de este año han abandonado Cataluña 679 empresas, lo que supera la media de dos fugas al día. En esta misma línea, se estima que a finales de año se superarán las 800 salidas de empresas de Cataluña. Este es el peor dato desde 2017, año del referéndum ilegal, en el que 2.536 compañías abandonaron la región.
Entre los motivos para abandonar Cataluña, algunos expertos apuntan a la inestabilidad política del separatismo, así como la cuestión fiscal, la lentitud administrativa y las trabas burocráticas de la Generalidad. Algunos impedimentos para las empresas españolas e internacionales que se han concretado en las eternas obras de la ampliación de El Prat —ahora paralizadas—, el bloqueo a la línea de alta tensión y los nuevos impuestos alcistas del Gobierno de Pere Aragonés.
