Un agricultor de El Ejido, en la localidad de La Aldeílla (Santa María del Águila), ha sido atacado este miércoles de madrugada por dos individuos de origen español y magrebí armados con un machete mientras intentaba evitar que estos asaltaran su finca. El incidente tuvo lugar entre las 00.30 y la 1.00 horas en una zona conocida como el paraje del Algarrobo, al norte del Polígono Industrial de La Redonda.
El productor, tras observar a los sospechosos en las cámaras de seguridad de su propiedad, decidió actuar de inmediato. «Vi a dos hombres intentando entrar en mi cortijo», relató la víctima. Enseguida alertó a la Guardia Civil y contactó a su hermano, con el que se dirigió al lugar de los hechos para intentar detener el robo.
Al llegar, los hermanos se toparon con un Peugeot 405 azul estacionado en el acceso al camino que lleva a los invernaderos. Dentro del coche, encontraron a una mujer magrebí joven, de unos 20 años, que parecía estar vigilando el área para alertar a los asaltantes. Al verse descubierta, la joven intentó escapar, abandonando el vehículo y dejando atrás su teléfono móvil, que posteriormente sería intervenido por la Guardia Civil. En el forcejeo, el agricultor sufrió una contusión en el pie, por la que tuvo que ser atendido más tarde por los servicios médicos.
Poco después, mientras los hermanos permanecían en su todoterreno, los dos hombres armados se acercaron. Uno de ellos, empuñando un machete de aproximadamente 50 centímetros, atacó el vehículo, dañando el capó y el faro izquierdo. «Estaban desesperados por huir, ya no les importaba nada», señaló el agricultor. El ataque solo se detuvo cuando la Guardia Civil llegó al lugar, momento en que los agresores lograron escapar.
La víctima expresó su frustración por la situación que viven él y otros agricultores de la zona. «Es desolador que tengamos que vivir con este miedo constante», lamentó. Señaló que los robos en la zona son frecuentes y que él mismo ha sufrido varios asaltos seguidos en su finca en el último año. «Siempre son los mismos delincuentes, todos los conocemos, incluso la Guardia Civil, pero no se hace nada. Parece que hay total impunidad», declaró con resignación.
La situación alcanzó un punto surrealista cuando la joven involucrada en el intento de robo acudió a una comisaría para denunciar la pérdida de su teléfono móvil, solo para descubrir que ya estaba siendo buscada por las autoridades, ya que el dispositivo había sido requisado durante la investigación del asalto.