«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Se registraron 25 agresiones sexuales graves

Dos tercios de las agresiones físicas a funcionarios de prisiones en Cataluña las cometen extranjeros

Funcionarios de prisiones protestan frente a una cárcel. Europa Press

Las prisiones de Cataluña enfrentaron una crisis alarmante en 2024, marcada por un incremento sin precedentes en las agresiones a funcionarios penitenciarios y la escalada de violencia sexual contra trabajadoras por parte de los internos.

Según datos de Marea Blava, un colectivo de trabajadores penitenciarios, se registraron 555 agresiones físicas, y la cifra asciende a 871 si se incluyen los intentos. Esto supone un aumento del 330% en los últimos siete años, con un promedio diario de 1,5 trabajadores agredidos y 2,4 afectados.

El deterioro de la seguridad en las cárceles quedó en evidencia tras el brutal asesinato de Núria, la cocinera del centro penitenciario de Mas d’Enric. En 2023, un recluso que cumplía condena por homicidio la mató con un cuchillo al que tuvo acceso en la cocina de la prisión. Este caso provocó una oleada de indignación entre los trabajadores y parte de la sociedad, especialmente al salir a la luz evidencias de posibles negligencias por parte de la Consejería de Justicia, entonces dirigida por Gemma Ubasart.

El 67% de las agresiones físicas a funcionarios en 2024 fueron cometidas por internos de origen extranjero. La violencia sexual también ha experimentado un preocupante aumento. Ese año se registraron 25 agresiones sexuales graves contra trabajadoras penitenciarias, lo que equivale a una cada dos semanas. Este número fue significativamente mayor que los casos de 2020 y 2021, cuando apenas se reportaron uno o ninguno. La cifra ha ido en constante ascenso desde 2022, con 11 casos, y 2023, con 22. En el 64% de estas agresiones los responsables fueron internos extranjeros, el mismo porcentaje que el de presos extranjeros condenados por delitos sexuales.

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