El Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin resolver el aislamiento ferroviario que sufre Almería. Renfe ha confirmado que el tren Intercity Madrid–Almería sumará 23 minutos adicionales de retraso debido al mal estado de la vía, lo que eleva la duración del trayecto a más de siete horas.
La ralentización se debe a restricciones de velocidad impuestas por Adif, el gestor público de infraestructuras, ante el deterioro de ciertos tramos. Aunque Renfe asegura que se trata de una medida «transitoria», lo cierto es que la conexión ferroviaria entre la capital y el sureste peninsular sigue siendo una de las más lentas y precarias del país.
El tren saldrá desde Chamartín a las 8:02 h y desde Atocha a las 8:20 h, con llegada prevista a Almería capital a las 15:20 h. Pese a las reiteradas promesas del Ejecutivo, la provincia continúa sin acceso a la alta velocidad y con una infraestructura ferroviaria obsoleta, incapaz de competir en tiempos ni fiabilidad con otros corredores.
La Mesa en Defensa del Ferrocarril ha vuelto a denunciar el abandono sistemático de Almería, y recuerda que en los últimos años se han registrado trayectos de hasta 9 horas por averías y desvíos. La falta de inversión real y la lentitud en las obras contrastan con los anuncios propagandísticos del Ministerio de Transportes.
Aunque el Gobierno ha prometido más de 1.500 millones de euros para infraestructuras en la provincia, la realidad del tren a Almería revela una prioridad política muy distinta. Mientras se destinan recursos a proyectos en otras autonomías con mayor peso electoral, el sureste peninsular permanece fuera de la agenda efectiva del PSOE.