Las importaciones de aguacate procedentes de terceros países, especialmente Marruecos, ha provocado la caída de la cotización del producto valenciano en esta campaña, según denuncia LA UNIÓ Llauradora. El precio medio del aguacate Lamb Hass —la variedad predominante en la Comunidad Valenciana— se ha desplomado más de un 29% en sólo un año, pasando de los 2,44 euros por kilo en marzo de 2024 a apenas 1,73 euros en el mismo mes de 2025.
Uno de los factores clave detrás de esta depreciación es el crecimiento exponencial de las compras al exterior. En enero de este año, las importaciones de aguacates aumentaron un 68% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, y si se pone el foco únicamente en Marruecos, el incremento alcanzó un abrumador 89%. Sólo desde el país magrebí llegaron a territorio español 14.187 toneladas en ese mes. Perú y Chile, otros grandes exportadores, han tenido un impacto menor en este momento al encontrarse en temporada baja por razones estacionales.
Durante 2024, España importó en total 262.071 toneladas de esta fruta, lo que supuso un crecimiento anual del 8%, una tendencia que se consolida en este primer tramo de 2025. Estas cifras están generando un fuerte impacto en el mercado nacional, donde los productores valencianos empiezan a ver cómo su rentabilidad se erosiona campaña tras campaña.
Actualmente, la Comunidad Valenciana cuenta con cerca de 4.000 hectáreas dedicadas al cultivo del aguacate: 2.205 en Valencia, 1.121 en Castellón y 668 en Alicante, lo que representa casi el 19% de toda la superficie estatal dedicada a este producto, según datos del Ministerio de Agricultura.
Más allá del efecto de las importaciones, los agricultores también deben lidiar con un problema cada vez más frecuente: los robos en los campos. Dada la alta cotización del aguacate en el mercado, muchos cultivos se han convertido en objetivo de hurtos durante la recolección. LA UNIÓ reclama más vigilancia y patrullas en las zonas productoras para frenar estos delitos, que generan importantes pérdidas económicas.
La organización agraria también llama la atención sobre otro aspecto relevante: la tendencia a recolectar el Lamb Hass de forma anticipada. Esta variedad, que es la más plantada en la región, no alcanza su punto ideal de maduración hasta bien entrado abril. Sin embargo, muchos agricultores comienzan a cosecharla inmediatamente después de finalizar con la variedad Hass, en torno a mitad de marzo, lo que repercute negativamente en su sabor, textura y calidad general. «Anticiparse perjudica las cualidades organolépticas del fruto y puede afectar a su imagen en el mercado», advierten desde LA UNIÓ.