El cementerio municipal de Alicante está ultimando los detalles para la apertura de su nueva ampliación, que incluirá por primera vez espacios diferenciados para enterramientos de personas de fe musulmana y judía. Este proyecto, que se ha desarrollado durante los últimos años, responde a una demanda histórica de ambas comunidades y estará operativo en las próximas semanas.
La ampliación del camposanto alicantino abarca una superficie de más de 16.500 metros cuadrados y ha contado con una inversión de 5,2 millones de euros, según avanzó el diario Información. Este espacio incluirá infraestructuras adaptadas a las necesidades de distintas creencias religiosas. Se han habilitado 2.268 nichos para el entierro de cristianos, además de 175 tumbas para musulmanes, orientadas hacia La Meca, y 107 tumbas judías, con los pies en dirección a Israel, respetando las tradiciones de ambas confesiones.
Este plan de ampliación surge de una iniciativa aprobada en 2017, cuando se planteó la necesidad de dotar a la ciudad de un cementerio que contemplara espacios diferenciados para distintos ritos funerarios. La propuesta inicial proyectaba duplicar la extensión del camposanto, alcanzando una superficie de más de 350.000 metros cuadrados, con capacidad suficiente para cubrir la demanda funeraria durante las próximas siete décadas. Esta primera fase, que ahora se encuentra en su etapa final, ha dado prioridad a la creación de recintos específicos para enterramientos islámicos y judíos, además de un parque de cenizas y un cementerio de mascotas.
Desde el Ayuntamiento de Alicante han subrayado la importancia de esta intervención, destacando que la falta de espacio en el cementerio municipal hacía imprescindible su ampliación. «Se trata de una obra prioritaria, no sólo por la urgencia de disponer de más nichos, sino también por la necesidad de ofrecer espacios adaptados a las costumbres funerarias de la diversidad de ciudadanos que residen en Alicante», han indicado fuentes municipales.