¿Qué esconde la ocurrencia del presidente Sánchez de convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil? ¿Es un gesto encaminado a la reconciliación o, por el contrario, contribuye a la división de las dos españas? ¿Y la cruz del Valle? ¿Cabe en el cementerio?…
Una Real Orden dictada el 2 de abril de 1883 legislaba en España sobre la construcción de cementerios civiles para dar desarrollo a la Real orden de 28 de Febrero de 1872, “encaminada a que la Administración española pudiera proporcionar decorosa sepultura a los que mueran fuera del gremio de la religión católica”.
La Real Orden del año 83 establecía, así, que “para evitar frecuentes y graves conflictos entre las autoridades eclesiásticas y civiles, guardando además el espíritu y la letra del artículo 11 de la Constitución” y por orden del rey Alfonso XII, “todos los Ayuntamientos cuya población exceda de 600 vecinos, y a los que sin alcanzar ese número correspondan a capitales de partido judicial amplíen los cementerios existentes, respetando los cerramientos que tengan, tomando la parte de terreno contiguo que se considere necesaria; cerrando el nuevo espacio adquirido de un muro o cerca como los del actual cementerio, con entrada independiente de éste”.
Nacen así, de forma oficial, los cementerios civiles en España. Enterramientos no católicos que, hasta la promulgación de esa orden, eran, de alguna forma, “una declaración final de intenciones por parte de la persona enterrada y su familia considerada por los sectores conservadores y religiosos católicos de la sociedad española como un insulto o un reto”, tal como describe la enciclopedia online Wikipedia.
¿Es un reto o desafío lo que plantea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al decir que quiere convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil? Teniendo en cuenta que en el Valle de los Caídos está instalada una basílica, la historia tiene todos los elementos para perpeturar esa división entre las dos españas, la católica y la atea, la conservadora y la liberal, las dos españas que la Transición consiguió -o al menos intentó- volver a unir.
Comisión de la Verdad sobre el franquismo y cementerio civil en el Valle…
El cementerio civil
Liberales, renovadores, inconformistas, personas contrarias al rito católico, masones, protestantes… todos ellos encontraban su ‘última morada’ en los cementerios civiles que, con la entrada en vigor de la constitución de 1978, dejaron de tener sentido y que los cementerios de titularidad pública son, también en la España de Pedro Sánchez, para todos los ciudadanos, con independencia de su confesión religiosa.
En el cementerio civil de Madrid -hoy prácticamente indiferenciado del contiguo de la Almudena- recibieron sepultura los presidentes de la Primera República Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall y Nicolás Salmerón, además del fundador del Partido Socialista, Pablo Iglesias, de los socialistas Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero o de la dirigente comunista Dolores Ibárruri.
Así, la ocurrencia de Sánchez de convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil, parece más orientada a la perpetuación del modelo de las dos españas, del modelo preconstitucional, que a la concordia de la que hace gala su propio partido. Primera pregunta… si el Valle se convierte en un cementerio civil… ¿qué pasa con la Cruz?