Europa ha denunciado en varias ocasiones que el déficit de mantenimiento de las carreteras españolas crece cada año, superando ya los 10.000 millones de euros. La situación es tan grave que Bruselas ha descartado la posibilidad de que estos fondos se cubran con transferencias comunitarias, argumentando que sería injusto para otros países que han gestionado mejor sus infraestructuras viales, según avanza El Debate.
El abandono del asfalto en España no es un problema reciente, sino la consecuencia de años de recortes y falta de inversión. Para comprender el deterioro actual, es necesario remontarse a la crisis económica de 2007-2008, cuando la necesidad de ajustar el gasto público llevó a los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy a reducir drásticamente los presupuestos destinados a la conservación de las carreteras. Desde entonces, esta partida presupuestaria nunca ha vuelto a sus niveles anteriores, y la situación ha seguido empeorando con el paso de los años.
Las cifras reflejan la gravedad del problema. Según la Plataforma de Trabajadores de Conservación y Explotación de Carreteras, España destina únicamente 22.500 euros al mantenimiento por kilómetro de carretera, muy por debajo de los 41.500 euros que invierte Italia, el siguiente país en la lista. En comparación, el Reino Unido destina 110.000 euros por kilómetro y Alemania alcanza los 50.000 euros, lo que deja a España en la última posición de la Unión Europea en términos de inversión en conservación vial.
El impacto de esta dejadez es evidente en la seguridad vial. De acuerdo con la patronal del sector ACEX (Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras), el 94% de los accidentes en los que el estado de la carretera es un factor determinante están directamente relacionados con el deterioro del asfalto. La falta de inversión no solo afecta la calidad de las vías, sino que también pone en riesgo la vida de los conductores y pasajeros que las utilizan a diario.
España cuenta con una red de carreteras que supera los 165.000 kilómetros. De estos, 26.000 forman parte de la Red de Carreteras del Estado, que es responsabilidad directa del Ministerio de Transportes a través de la Dirección General de Carreteras. Las comunidades autónomas gestionan 71.000 kilómetros, mientras que las diputaciones provinciales administran los 67.000 restantes. A pesar de que la Red Nacional representa una parte menor en extensión, soporta el 55% del tráfico total y casi el 70% del tráfico pesado, lo que incrementa aún más la presión sobre su mantenimiento.
