El reconocido escritor valenciano y ganador del Premio Planeta 2018, Santiago Posteguillo, ha alzado la voz para denunciar la falta de apoyo institucional tras la devastadora DANA que afectó a la localidad de Paiporta y otras áreas cercanas. Residente de una de las zonas más afectadas, Posteguillo ha relatado la angustiosa experiencia vivida durante la catástrofe y criticado duramente la inacción de las autoridades.
En una reciente conferencia en el Senado, titulada Hispania, corazón de Roma, el novelista compartió su testimonio sobre los primeros momentos de la tragedia. A las 18.40 del 29 de octubre, su pareja lo alertó del repentino aumento del caudal en el barranco del Pollo, ubicado a solo 50 metros de su vivienda. Aunque inicialmente contempló mover el coche, al ver cómo el agua cubría rápidamente la plaza, decidió quedarse en casa, como hicieron otros vecinos. «En 13 minutos, el barranco se transformó en un torrente de dos metros de agua que arrastraba todo a su paso: ramas, árboles, coches», recordó.
Días después, encontró su coche a un kilómetro de distancia, pero para el escritor eso fue lo menos impactante. «Nos acostamos sin luz ni agua, convencidos de que al amanecer estarían la Guardia Civil, los Bomberos o el Ejército. Sin embargo, al día siguiente no había nadie», lamentó. La desolación era evidente: kilómetros de devastación, un paisaje irreconocible y la falta de respuesta inmediata por parte de las autoridades. Entre las escenas más duras que describe, destaca haber visto el cuerpo sin vida de una vecina a quien conocía, que fue rescatado por otros residentes.
La crítica de Posteguillo se agudiza al describir la segunda noche tras la catástrofe, cuando comenzaron los saqueos. «Era como vivir en una película de La Purga. Los vecinos tuvieron que retirar el cadáver de una joven de un bajo. ¿Cómo puede ser que en 48 horas no aparezca nadie? ¿Esto ocurre en España, en pleno siglo XXI?», cuestionó con indignación.
Aunque ha reconocido su posición privilegiada, ya que cuenta con recursos para superar los problemas inmediatos, el escritor no ha dejado de pensar en quienes están en una situación mucho más vulnerable. «Mucha gente mayor, personas que vivían en plantas bajas, no tienen los medios ni la capacidad para rellenar la documentación necesaria para pedir ayudas. ¿Cuánto tiempo tendrán que esperar? ¿Cómo pueden las instituciones ser tan miserables?», expresó con contundencia.
Por último, Posteguillo ha ensalzado la labor de los miles de voluntarios que acudieron a ayudar, pero insistió en que la tarea es inmensa: «El pueblo con palas no puede. Se necesitan medios, se necesita acción. La respuesta institucional ha sido decepcionante y falta de humanidad». La DANA no solo dejó un paisaje destruido, sino también una sensación de abandono entre los afectados.
