El fiscal Marcelo Azcárraga ha reducido a la mitad su petición para los 4 acusados que estuvieron en el domicilio del supuesto dirigente de la red.
La Fiscalía ha rebajado este miércoles de 14 a 8 años de cárcel su petición de pena para el presunto líder de una red yihadista radicada en Melilla al aplicarle la atenuante de confesión después de que admitiera en el juicio que envió a «muchos» combatientes a «hacer la yihad» en Libia, Siria y Mali.
En virtud de esta misma atenuante, el fiscal Marcelo Azcárraga ha reducido a la mitad su petición para los 4 acusados que estuvieron en el domicilio del supuesto dirigente de la red, Mustafa Maya Amaya, y que llegaron a viajar a Siria gracias a él, para los que ha solicitado una pena de 6 años de cárcel.
Para el sexto encausado de la red, el único que no ha confesado, el fiscal ha mantenido su petición de pena de 8 años de cárcel.
Sólo uno de ellos ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra en la sesión final del juicio que ha celebrado la Audiencia Nacional contra los 6 miembros (de nacionalidad belga, tunecina y francesa) de esta red desarticulada en 2014.
Este acusado ha reconocido una vez más los hechos que cometió «por motivo de la sed de justicia que tenía desde pequeño» y que le animó a querer viajar a Siria para «luchar contra el dictador Bashar Al Assad» y ha dicho que aunque hizo «cosas malas delante de Dios y de los hombres», lo realizó sin darse cuenta de que era «ilegal».
Además de la pena de cárcel, Azcárraga ha solicitado 7 años de libertad vigilada para Maya y 5 para los otros 4 integrantes de la red, un tiempo en el que tendrán que notificar si cambian de domicilio o puesto de trabajo.
El acusado Chafik J.B.A. ha sido el único para el que la Fiscalía no ha modificado su petición de pena al considerar que, pese a que «no es integrante de la organización criminal», proporcionó a Maya documentación falsa necesaria para los futuros combatientes que iban a desplazarse a zonas de conflicto.
Y lo hizo sabiendo «perfectamente a qué se dedicaba Maya y que la documentación falsa solamente podía tener una única finalidad: obtenerla para las personas con las que contactaba Maya para su red yihadista».
Pese a la rebaja en su petición de pena, la Fiscalía ha subrayado durante su alegato la función de control que ejercía Maya sobre el resto de integrantes, siendo él quien centralizaba la información y gestionaba el envío de combatientes a zonas de conflicto.
Según el fiscal, «no existe duda alguna de la existencia de una organización criminal» que iba «adaptándose a nuevas circunstancias».
Por su parte, las defensas de todos los acusados se han adherido al informe del fiscal menos la del tunecino Chafik, cuyo abogado ha discrepado con la Fiscalía y ha pedido la absolución de su cliente.
Lo ha hecho porque considera que «en absoluto» se ha acreditado que su cliente proporcionase documentación falsa para el presunto líder de la red y que el procedimiento se ha basado en «meras conjeturas sin soporte jurídico» contra Chafik.
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