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ACOGE MÁS DE LA MITAD DE LAS OPERACIONES CONTRA EL YIHADISMO EN 2022

El terrorismo islamista, una amenaza latente en Cataluña cinco años después del atentado en La Rambla

Juicio a una célula yihadista que planeaba atentar en Cataluña. Europa Press

Este miércoles se cumplen cinco años de los atentados islamistas en Barcelona y Cambrils que costaron la vida a 16 personas y dejaron más de 140 heridos… y en Cataluña la amenaza del islamismo sigue estando presente.

El pasado 5 de agosto, agentes de la Policía detuvieron a uno de los FTFs (Combatiente Terrorista Extranjero) de DAESH más buscados a nivel europeo. El operativo tuvo lugar en Mataró (Barcelona) y contó con la colaboración de Europol, el FBI y las oficinas nacionales de Interpol y Sirene, entre otros organismos.

Huido de Siria, tras recibir entrenamiento militar para adquirir experiencia en combate y después de jurar lealtad a Al Qaeda consiguió desplazarse a Turquía para con posterioridad ingresar en Europa utilizando la denominada ruta de los Balcanes. La detención de este yihadista no es un caso aislado en Barcelona, solo en lo que va de año -y sumada esta operación a las últimas estadísticas compartidas por Departamento de Seguridad Nacional (DSN)– se han desarrollado en la provincia seis operativos contra el terrorismo islamista que se han saldado con seis detenciones. Del total de 17 operaciones contra el yihadismo en 2022 a nivel nacional, más del 35% se han ejecutado solo en la provincia de Barcelona. En Cataluña en conjunto se han ejecutado 9 de ellas, es decir, más del 50%.

Más del 30% de los operativos contra el terrorismo islamista se desarrollan en Cataluña

Desde el año 2012 han tenido lugar un total de casi 270 operaciones (268) contra el terrorismo yihadista en España, de las cuales un total de 83 han tenido lugar en Cataluña. Así, más del 30% de los operativos llevados a cabo en nuestro país se han desarrollado en suelo catalán. Del total de 83 operativos, 58 se han tenido lugar en la provincia de Barcelona.

En referencia a las detenciones, desde el 2012 se han detenido a un total de 475 terroristas relacionados con el yihadismo en España, según lo recogido en los balances del Ministerio de Interior. De las más de 470 detenciones, 134 se han llevado a cabo en Cataluña, lo que supone un 28,21% de todas las ejecutadas en nuestro país.

La Ciudad Condal acumula desde el año 2012 casi 40 detenciones (38), el 8% del total a nivel nacional, situándose como la capital española más amenazada por la presencia de musulmanes de alta radicalización islámica. Aunque si evaluamos los datos a nivel provincial, el número de detenciones (101) nos desvela que Barcelona acumula más del 20% de todas las practicadas en el territorio nacional.

Según fuentes policiales, han tenido que ser expulsados más de una decena imanes desde el año 2019 por el alto nivel de radicalismo.

Cataluña, residencia de la tercera parte de los yihadistas en España

Según arroja en uno de sus últimos informes el Real Instituto Elcano, en Cataluña ha residido una tercera parte (exactamente, el 33,2%) de los yihadistas condenados o muertos en España entre 2004 y 2018. Algo, que según la institución tiene una relación directa con la alta presencia de salafistas en suelo catalán con respecto al resto de España y Europa Occidental.

En el año 2016, un tercio de los 256 lugares de culto y centros islámicos registrados en Cataluña estaba controlado por salafistas, más del doble de los existentes en el año 2006.

Por su parte, el Observatorio del Pluralismo Religioso en España, que depende del Gobierno, cifró en octubre de 2019 -dos años antes de los atentados en La Rambla y Cambrils- en un total de 1.695 los lugares de culto musulmán en España. De esos 1.695, Cataluña alberga 321, un 19% del total a nivel nacional. Fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado implicadas en la lucha contra el terrorismo calculan que al menos en un 6% se profesan mensajes radicales. 

Así, en casi una veintena de oratorios en Cataluña el nivel de radicalización cada vez es mayor y no solo se limitan a los actos de culto, sino que extienden sus mensajes en inmuebles particulares, locales, bajeras, garajes, algo a lo que cada vez recurren más quienes profesan un tono «más elevado» dentro de la confesión islámica.

Los yihadistas llegan como inmigrantes ilegales

En enero del año pasado y dentro de la denominada ‘Operación ARBAC’, agentes de la Comisaría General de Información (CGI) del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a tres yihadistas en Barcelona. Vinculados al DAESH y de nacionalidad argelina, habían accedido a España a través de las rutas ilegales que conectan Argelia con la provincia de Almería.

El cabecilla, un joven argelino de 28 años de edad, fue localizado en un piso ocupado en el barrio de la Barceloneta y, según confirmaron fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a La Gaceta de la Iberosfera, pertenecía a la célula Jund al-Khilafah in Algeria (JAK-A)

Los diferentes operativos policiales también revelaron que antes de acceder ilegalmente a costas almerienses, el líder de la célula expresó a través de redes internas de la organización su intención de cometer un atentado en Europa. Tanto es así que ya había elaborado un plan inicial a través del cual había preestablecido actuar como un lobo solitario -imitando la masacre que tuvo lugar en Viena (Austria) en noviembre de 2020-.

Meses después, en octubre, tuvo lugar un nuevo operativo enmarcado también en la ‘Operación ARBAC’ en el que agentes de la Policía Nacional detuvieron a cinco yihadistas, cuatro de ellos en Barcelona y otro en Madrid, acusados de pertenencia a organización terrorista y autoadoctrinamiento. Al presunto líder del grupo, además, se le imputó un delito de adoctrinamiento activo.

Los cinco integrantes de la organización habían accedido a territorio nacional en pateras, sirviéndose también de las rutas provenientes del norte de Argelia y utilizando como vía de entrada las costas de Almería, zona de Levante y Baleares.

El grueso de las detenciones tuvo lugar nuevamente en Barcelona y después de que los agentes implicados en el operativo detectaran un alto grado de amenaza tras el interés por uno de los detenidos en la adquisición de un kalashnikov. Se hacía llamar «Sheikh» (شيخ, en árabe), denominación equivalente a «Jeque» y que es empleado con frecuencia para aludir a ciertos líderes en organizaciones terroristas.

Asimismo, en los pisos donde tuvieron lugar estas detenciones, los agentes encontraron munición del calibre 9 mm, machetes con hojas que llegaban hasta los 60 centímetros y numeroso material para falsificar documentos que les permitiese eludir posibles controles policiales tras cometer un atentado.

Las mismas fuentes apuntaron a que «Sheikh» y el resto de yihadistas detenidos mantuvieron una estrecha relación con Merouane Ben Ouare –de nacionalidad argelina- y el libio Omar Akbi, dos de los yihadistas implicados en las detenciones que se desarrollaron en mes de enero. Todos los integrantes juraban fidelidad a «Sheikh», que desde hace años había tratado de captar a decenas de jóvenes argelinos después de combatir para el Daesh en lugares como Siria o Irak. 

En menos de un año siete yihadistas fueron detenidos en Barcelona, ciudad en la que habían ubicado el centro logístico de la organización y desde donde pretendían programar atentados inminentes.

Así, en estos momentos las rutas que conectan Argelia con las costas de Almería, zona de Levante e Islas Baleares son las opciones preferida de perfiles altamente radicalizados para acceder a Europa sin ser detectados. La razón es la rapidez para llegar a territorio nacional y acceder debido a una inferioridad continuada de efectivos policiales.

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