Los gobiernos de España y Marruecos han reactivado las reuniones del comité mixto hispano-marroquí para continuar con los estudios del llamado Enlace Fijo del Estrecho de Gibraltar, que proyecta un túnel que conecte ambos países por debajo del mar.
Así lo avanzó la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, con motivo de su presencia en la Cumbre España-Marruecos que se celebra esta semana en Rabat y en la que también insistió en el interés de España, tanto de las empresas públicas como privadas, de formar parte de los planes de infraestructuras de este país.
«Vamos a dar un impulso a los estudios del proyecto de Enlace Fijo del Estrecho de Gibraltar que se inició por ambos países hace ya cuarenta años. Un proyecto estratégico para España y Marruecos y también para Europa y África», resaltó la ministra.
Las negociaciones para construir este enlace comenzaron en 1979 y se llegó a plantear la construcción de un puente suspendido, opción que se desechó a partir de 1995, cuando el proyecto se centró en un túnel sumergido, similar al que existe entre Francia y Reino Unido, en ese caso de 50 kilómetros, 39 de ellos sumergidos, para sortear los 33 kilómetros del paso de Calais.
A lo largo de todos estos años ya se han realizado tres campañas de investigación de sondeos profundos bajo el mar y distintos proyectos de impactos socio-económicos y ambientales, que necesitan ahora ser actualizados a los nuevos marcos jurídico-institucional y financiero.
Al margen de esta construcción, la ministra española destacó el interés de las empresas españolas en participar en los planes de inversión en infraestructura de Marruecos, como la aeroportuaria, la portuaria y la ferroviaria, con especial interés en el desarrollo de la red de alta velocidad, aprovechando el liderazgo que España tiene en este ámbito.
En concreto, Marruecos prevé extender su red de alta velocidad con 1.300 kilómetros de nuevas líneas que unirán Casablanca-Marrakech- Agadir, por un lado, y Oujda con Rabat, por otro; y ampliar y modernizar su red aeroportuaria y de navegación aérea, como los planes que ya hay para los aeropuertos de Marrakech, Tánger y Agadir.