El PSOE inicia este viernes su 41 Congreso Federal en el que el partido cerrará filas y se volcará en apoyar a su líder, el presidente del Gobierno y secretario general, Pedro Sánchez, que volverá a ser reelegido en un cónclave marcado por la abrupta dimisión del líder en Madrid, Juan Lobato y por las acusaciones del comisionista Víctor de Aldama que apuntan directamente a la cúpula del partido.
El debate ideológico y de enmiendas —con la financiación autonómica y el encaje del pacto con ERC para dar un trato singular a Cataluña como punto más importante— queda en segundo plano tras unas semanas previas convulsas, que obligan a los socialistas a mirar de reojo lo que ocurre en los juzgados. De hecho la comparecencia de Lobato ante el Tribunal Supremo se producirá este mismo viernes, sólo unas horas antes del comienzo del Congreso en Sevilla.
Los socialistas pretendían además desplegar una puesta en escena espectacular, similar a una Convención del Partido Demócrata estadounidense, pero las circunstancias y la cercanía de la catástrofe provocada por la DANA en Valencia previsiblemente obligarán a optar por un formato más austero.
Aldama acusó a Cerdán de recibir dinero en metálico
Del Congreso saldrá una nueva Ejecutiva Federal y está por ver si Sánchez mantiene en su puesto a sus principales colaboradores, la vicesecretaria general, María Jesús Montero y el secretario de Organización, Santos Cerdán, en un momento especialmente delicado para ambos después de haber sido señalados en sede judicial por Aldama.
El presunto conseguidor acusó a Cerdán de recibir un sobre con 15.000 euros en un bar situado en frente de la sede del partido en la calle Ferraz y dijo que el jefe de gabinete de Montero, Carlos Moreno, se quedó con otros 25.000 euros como compensación por un favor relacionado con el aplazamiento de unos pagos a empresas por parte de Hacienda. Los socialistas se han querellado contra Aldama y le han exigido que aporte pruebas.
No obstante, el principal beneficiado por la presunta trama corrupta sería el exministro y exsecretario de Organización José Luis Ábalos, ahora denostado por el PSOE y al borde de la expulsión. Pese a todo el PSOE tiene difícil abstraerse de los indicios que pesan sobre él, si se tiene en cuenta que en el último Congreso Federal, celebrado en Valencia en 2021, era el socialista que acumulaba más poder a excepción del propio Pedro Sánchez.
Lobato dimitió tras apuntar a Moncloa
En todo caso el bache más inmediato que tendrá que sortear el PSOE en su Congreso será la declaración ante el Supremo de Lobato, que dimitió este miércoles después de admitir que llevó ante notario unas conversaciones con la jefa de gabinete del ministro Óscar López, que en ese momento era a su vez jefe de gabinete de Sánchez.
Lobato recibió de Pilar Sánchez Acera un correo electrónico con datos fiscales del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuya filtración está siendo investigada como posible delito de revelación de secretos.
Lo que diga ante el juez será clave para saber el papel que jugó Moncloa en la distribución del documento y la implicación de Sánchez Acera y Óscar López, que además es el principal aspirante a sustituirle al frente del PSOE de Madrid.
Otro frente judicial abierto afecta al hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez y al secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, después de que ambos hayan sido citados a declarar como investigados por un juzgado de Badajoz por presuntos delitos de prevaricación, tráfico de influencias y contra la Hacienda Pública.
Vivienda, desinformación y cambio climático
Los socialistas, sin embargo, intentarán dejar a un lado este panorama judicial y centrarse en el desarrollo del Congreso, al que han llegado más de 6.000 enmiendas de las federaciones y que tras los debates del fin de semana, acordará un documento que será la guía ideológica para los próximos cuatro años.
Además, de la clásica discusión sobre monarquía o república, el PSOE tendrá que posicionarse sobre asuntos como la expulsión del partido a los clientes de prostitución o el giro histórico del Gobierno sobre el Sáhara Occidental, entre otros y fijará doctrina en temas clave para el partido como los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, la vivienda, la desinformación o el cambio climático.
De hecho, a lo largo del sábado, cuando se inaugura de forma oficial el 41 Congreso Federal —que ha elegido como lema España adelanta por la izquierda— varios ministros y dirigentes socialistas como el titular de Exteriores, José Manuel Albares, la vicepresidenta primera María Jesús Montero, la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, intervendrán en distintos paneles temáticos sobre algunos de los asuntos mencionados.
Al mismo tiempo se llevarán a cabo los trabajos de las comisiones que darán luz verde o tumbarán las mociones trasladadas por las federaciones. Las que finalmente sean aprobadas se incorporarán al documento final, base del corpus ideológico del PSOE hasta 2028.
Finalmente el domingo se llevará a cabo la votación de los órganos federales y el PSOE pondrá fin al 41 Congreso con la intervención del secretario general.