El contenido del correo corporativo de Santos Cerdán, en manos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desde hace una semana, preocupa —y mucho— en Moncloa y Ferraz. Fuentes socialistas de alto nivel, consultadas por Vozpópuli, admiten que existe temor a que en los mensajes del que fuera mano derecha de Pedro Sánchez queden al descubierto indicios de la participación directa o indirecta del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde‑Pumpido, en la redacción de la Ley de Amnistía.
El PSOE, que bloqueó el acceso al correo electrónico de Cerdán antes de la llegada de los agentes a su sede y realizó una copia de seguridad de todo su contenido, conoce lo que hay en esos mensajes. Por eso hace apenas unos días remitió un escrito al juez instructor, Leopoldo Puente, solicitando que se expurgaran —bajo control judicial— todas las comunicaciones que no resultaran de interés para la causa y que tuvieran relación con la estrategia política interna del partido. El juez respondió al PSOE recordando que no es parte en el procedimiento y que, en consecuencia, no puede hacer peticiones de este tipo, aunque garantizó que cualquier información ajena al caso quedará fuera de las diligencias.
El mayor temor en Ferraz es que los correos revelen rastros de la implicación de Pumpido —nombrado por Sánchez al frente del Constitucional— en las correcciones del texto para asegurar que la norma no pudiera ser declarada inconstitucional.
La amnistía como eje de la trama
Según reconoció el propio Cerdán ante el juez, la Ley de Amnistía fue un intercambio de favores con Junts para que Sánchez pudiera seguir en el poder, un elemento «esencial» para su investidura y para que la trama socialista siguiera operando. Esa negociación es relevante para la investigación judicial y podría dar lugar incluso a la apertura de una pieza separada para investigar un posible delito de prevaricación. En ella podrían verse implicados no sólo Cerdán o cargos de Junts, sino también el propio presidente del Tribunal Constitucional y algún alto cargo de Moncloa.
Hace una semana los agentes de la UCO se presentaron en la sede central del PSOE en la calle Ferraz para dar cumplimiento al requerimiento del Tribunal Supremo y obtener copia íntegra del correo corporativo de Cerdán. Para entonces, el partido ya había bloqueado la cuenta y asegurado una copia de todo su contenido para mantener acceso a la información. De ahí que en Ferraz admitan que su preocupación tiene base: saben perfectamente qué mensajes se cruzaron desde esa dirección.