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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Tribunal Supremo inicia el juicio a los golpistas

El Tribunal Supremo da inicio este martes al juicio del «procés», en el que están acusados doce líderes separatistas, incluido el exvicepresidente Oriol Junqueras, por el proceso secesionista catalán que derivó en la celebración del 1-O y la declaración unilateral de independencia de Cataluña (DUI).

Nueve de ellos acudirán al juicio desde las cárceles de Alcalá Meco y Soto del Real, desde donde está previsto que salgan alrededor de las 7:30 horas hacia la Audiencia Nacional. De allí serán trasladados al Supremo -que no cuenta con dependencias para presos- poco antes del inicio del juicio.

Encabezados por Junqueras, que se enfrenta a la mayor petición de pena, 25 años de cárcel, son los acusados sobre los que pesa el delito más grave, el de rebelión.

Junto a él, la lista la engrosan los exconsejeros Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Dolors Bassa, Santi Vila, Carles Mundó y Meritxell Borrás; la expresidenta del Parlamento regional Carme Forcadell y los representantes de las asociaciones separatistas ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivamente.

La Fiscalía pide para ellos penas que oscilan entre los 7 y 25 años de cárcel por los delitos de rebelión, malversación y desobediencia, mientras que la Abogacía del Estado las rebaja a entre 7 y 12 años de prisión al acusar por sedición. VOX, acusación popular, pide condenas de 24 a 74 años.

Las divergencias de criterio entre las acusaciones se asientan en un elemento clave sobre el que pivotará el juicio: la violencia.

Mientras que la Fiscalía y VOX sustentan en ella su acusación por rebelión, al considerar que hubo violencia y que fue permitida por los acusados, la Abogacía ve más bien una «actitud hostil» y las defensas presumen del carácter pacífico del «procés».

Será la primera vez en la que los doce acusados coincidan en Sala en un juicio que estará envuelto por una gran expectación mediática, como demuestran los más de 600 periodistas acreditados; y también política, habida cuenta de que a la jornada de este martes acudirá el presidente de la Generalidad, Quim Torra, la consejera de Justicia Esher Capella, y el de Territorio, Damià Calvet.

Les acompañará el vicepresidente Pere Aragonés, quien sin embargo no podrá acudir a la sala de vistas por tener la condición de testigo en el juicio. También está previsto que acudan dos diputados del Parlamento catalán y otros dos de la Cámara vasca.

La vista arrancará con las cuestiones previas, que las defensas aprovecharán para reclamar por última vez toda la prueba que le fue denegada, y alegarán la vulneración de aquellos derechos fundamentales a los que el Tribunal de Estrasburgo pueda prestar mayor atención en el futuro.

La competencia del juez Manuel Marchena, presidente del tribunal y ponente del auto de admisión de la causa, la petición de nulidad del juicio o el uso del catalán serán algunas de las cuestiones que estarán sobre la mesa.

Las defensas pedirán traducción simultánea y no consecutiva al considerar que esta rompe la oratoria y genera indefensión, lo que implica que varios acusados puedan acabar optando por declarar en castellano.

Hasta el momento se desconoce dónde se sentarán los acusados, dada la flexibilidad que les ha dado el tribunal para ubicarse detrás de las defensas.

Está por ver si los de ERC y PdeCAT escenificarán o no una división al sentarse unos en el banquillo y otros al lado o detrás de sus abogados, quienes todavía no tienen claro por qué optarán.

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