El ertzaina Inocencio Alonso, fallecido este jueves de un ataque al corazón, entró a trabajar a las siete de la mañana en la base de la policía vasca en Iurreta (Vizcaya), por lo que llevaba trece horas trabajando en el momento de sufrir el colapso, según han denunciado los sindicatos de la Ertzaintza.
Esan, el sindicato al que pertenecía el agente fallecido, y la central mayoritaria en la Ertzaintza, ERNE, han dado este viernes sendas ruedas de prensa en las que han denunciado que muchos de los agentes del dispositivo llevaban catorce horas trabajando seguidas en el momento del comienzo del partido.
El secretario general de Esan, Eneko Urkijo, ha explicado que al ir a efectuar una carga contra miembros de la peña del Athletic Herri Norte, Inocencio Alonso «se sintió mal» y cayó al suelo, donde fue atendido por sus compañeros, entre ellos su hermano, que también trabaja en la unidad móvil de la Ertzaintza.
Urkijo ha señalado que «es mentira» que, como defiende el Gobierno Vasco, en el momento de los incidentes hubiera 500 ertzainas en el dispositivo: «en ese momento estaban 216 miembros de la Brigada Móvil y 150 miembros de Protección Ciudadana»; y ha destacado que hubo 9 ertzainas heridos y cuatro han tenido que coger la baja laboral.
Urkijo ha recordado que «desde el triste y lamentable hecho de Cabacas» -la muerte de un seguidor del Athletic por el impacto de una pelota de goma de la Ertzaintza- se ha prohibido a la policía vasca el uso de escopetas lanza pelotas, y ha abogado por volver a utilizarlas porque «los radicales» quieren «entrar en el cuerpo a cuerpo».
Llamamiento al Athletic
Además, ha pedido al Athletic que «de una vez por todas» expulse a los miembros de Herri Norte del club, y a los partidos que modifiquen las leyes para que los actos de violencia en el fútbol «sean tratados como violencia terrorista y se saque a los violentos del mundo del fútbol».
También ha denunciado, como Erne, que el viceconsejero de Seguridad y el director de la Ertzaintza se encontraban este jueves en una feria policial en Madrid «a 400 kilómetros de distancia», en lugar de estar presentes en la mesa de crisis, por lo que ha solicitado su destitución.
Urkijo ha afirmado que «el Departamento de Seguridad es un departamento incompetente» que está «en manos» de unas personas que «no están a la altura», y ha pedido la dimisión de la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y que se ponga al frente «a una persona competente».
Una concentración de repulsa
El sindicato ha convocado una concentración de repulsa silenciosa y una ofrenda floral este sábado a las 12 horas en la explanada junto a San Mamés donde falleció Inocencio Alonso y ha solicitado al Ayuntamiento de Bilbao dar el nombre del ertzaina fallecido a ese lugar.
En la misma línea, el secretario general de Erne, Roberto Seijo, ha denunciado que hay unos «responsables directos» del fallecimiento, quienes ejercen la violencia mediante convocatorias que incitan a la misma». Seijo ha apuntado así a la peña del Athletic Herri Norte.
«Dos horas antes del partido la Ertzaintza identificó a los componentes de la manifestación convocada y requisaron porras extensibles, barras metálicas, puños americanos y piedras y material pirotécnico, lo que demuestra que hubo una intencionalidad de confrontación entre aficiones».
Seijo ha insistido en que desde el 2012 hay un problema con hinchas violentos del Athletic, que han protagonizado incidentes con aficionados del Olimpique de Marsella, el Appoel o el Zenit ruso. Por eso Erne no acepta «que se quiera reducir un problema grave que tenemos en Bilbao».
Además de a los responsables directos, los violentos, Erne ha apuntado al departamento de Seguridad por entender que tiene «complejos» para afrontar estas situaciones.
En el caso concreto de ayer, Erne ha criticado, entre otras cosas, que los ertzainas llevaran más de doce horas de servicio, y también ha advertido de que no había 500 agentes desplegados.
También ha criticado al alcalde de Bilbao, porque ordenó días atrás a los bares retirar las terrazas para que no pudieron ser usadas en incidentes, pero el consistorio no quitó los contenedores de vidrio, que fueron volcados y usados por los violentos.
Erne ha pedido que la muerte del agente sea tratada e investigada por la Ertzaintza como una muerte violenta y a la Fiscalía que actúe de oficio para buscar a los responsables de los incidentes.
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