España ha empeorado su posición en el índice de crimen organizado y se sitúa en el quinto peor lugar de los 44 países europeos analizados por el aumento del tráfico de cocaína, cannabis y drogas sintéticas, y el impacto también de la trata de seres humanos.
El Índice Global de Crimen Organizado 2023 revela el continuo aumento del crimen organizado a nivel mundial, con el 83% de la población viviendo «en condiciones de alta criminalidad».
«La desigualdad económica y social, la inestabilidad política y los conflictos se acentuaron más que nunca en los últimos tiempos, y esto tuvo un impacto trascendental en la criminalidad organizada global (…). Los Estados parecen ser incapaces de seguir el ritmo de la creciente amenaza que plantea el crimen organizado», señala el informe.
El índice GI-TOC, por sus siglas en inglés, analiza 15 mercados criminales en 193 estados de la ONU y concluye que España obtiene una «puntuación de criminalidad» de 5,90, sólo superado en Europa por Serbia (6,22), Italia (5,73), Ucrania (6,27) y Rusia (6,87). El dato español supone un incremento de 0,12 puntos respecto al informe anterior y supera la media mundial (5,03).
El crimen organizado, que se define como «actividades ilegales llevadas a cabo por grupos o redes que actúan de manera concertada —mediante la participación en actos de violencia, corrupción o actividades relacionadas— con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio financiero o material», es la amenaza «más perniciosa» para la seguridad humana, el desarrollo y la justicia en el mundo actual, concluye el informe.